La presencia de la mujer en la actividad científica de la Universidad de Sevilla va creciendo poco a poco. Entre el personal docente e investigador, las 1793 investigadoras de la US suponen el 40.38% del total del PDI, según los datos del último curso académico. Sin embargo, las mujeres matriculadas en estudios de doctorado, que inician así su carrera investigadora, alcanzan el 48,94% del total.
Para seguir progresando en este sentido, la Universidad de Sevilla se suma un año más a la celebración del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, que se celebra cada 11 de febrero. Con ese motivo, se ha programado una veintena de actividades durante todo el mes de febrero cuyo principal objetivo es fomentar las vocaciones científicas, sobre todo entre las niñas y jóvenes.
La presencia de la mujer es mayor entre el colectivo de estudiantes. Las 25371 mujeres matriculadas en titulaciones de Grado en la US durante el curso 2022/23 supusieron el 52,95% del alumnado. Sin embargo, el equilibrio se rompe en función de las áreas de conocimiento. Mientras que las estudiantes son mayoría en las carreras de Ciencias de la Salud (73,38%), son menos de la tercera parte (28,69%) en los estudios de Ingeniería y Arquitectura.
En el resto de áreas de conocimiento, destaca el 64% de mujeres en Artes y Humanidades. Por su parte, los estudios de Ciencias Sociales y Jurídicas y Ciencias presentan un mayor equilibrio, con un 59% y un 49% de alumnado femenino, respectivamente.
Unidad Para la Igualdad
Conseguir la igualdad entre el hombre y la mujer es una actuación estratégica dentro de la sociedad, siendo la universidad un ámbito especialmente relevante desde el que se pueden llevar a cabo estas actuaciones.
La Universidad de Sevilla tiene un fuerte compromiso en materia de Igualdad y un convencimiento firme de que crear oportunidades para la igualdad, no es sólo una cuestión de justicia social, sino que incluye acciones que mejoran el funcionamiento y representa un factor de calidad, modernización y excelencia centrada en las personas.
Son fines comunes a todas las universidades la formación de profesionales, la creación y transferencia del conocimiento, la promoción de la cultura, etc., por lo que la introducción de la perspectiva de género en todas las actividades universitarias produce un efecto multiplicador que impregnara en nuestra sociedad y la hará avanzar más rápidamente hacia una sociedad más justa y equitativa.
Las actividades de las organizaciones, al acoger a profesionales formados y sensibilizados en temas de igualdad, darían un importante giro en los objetivos y formas de hacer de las mismas. Por otro lado, la universidad, en tanto que organización laboral, también debe ser un referente en materia de igualdad, poniendo en marcha actuaciones que reduzcan la desigualdad, tanto horizontal como vertical, y dotando de recursos que favorezcan la corresponsabilidad y conciliación de la vida laboral y personal como mecanismos efectivos, entre otros, de avanzar hacia la igualdad.
El marco normativo establece la obligación de los poderes públicos de garantizar la igualdad efectiva entre mujeres y hombres, y se considera que la estrategia para ello es la transversalidad de género. Desde distintos ámbitos (europeo, estatal o autonómico) se reconoce que las desigualdades entre mujeres y hombres se produce en distintos contextos y de manera recurrente, y que dicha desigualdad está arraigada en las estructuras y dinámicas sociales, por lo que se entiende que para superarla debe irse más allá de acciones puntuales. Deben instaurarse, por tanto, actuaciones que supongan realmente una estrategia transversal, que impliquen una acción integral desde distintos ámbitos y representen un cambio estructural. Sólo mediante esta estrategia transversal podremos conseguir cambios importantes en materia de igualdad.
Y para que dicho cambio sea posible, debemos contar con el compromiso, la implicación y participación de todas y todos. Porque todas y todos somos parte del cambio.