Esta noche, a partir de las 20:30 la biblioteca de la Facultad de Ciencias tendrá más difícil cerrar sus puertas. Los estudiantes de la Universidad de Málaga, convocados por la Red Eureka, tienen previsto un encierro para demandar el aumento de espacios y horas de apertura en las bibliotecas malagueñas para la época de exámenes.
Tal y como ha señalado el coordinador general de la red Eureka, Benjamín Cristian Santiago Montiel, este encierro viene causado por la falta de espacios que sufren los estudiantes a la hora de acudir a las bibliotecas, «No puede ser que la biblioteca abra a las 9 y ya tenga largas colas de espera para coger un sitio, y mucho menos se puede admitir que haya alumnos que acaben estudiando en el suelo o teniendo que irse a sus casas», recalca el representante estudiantil.
Una lucha con historia
La trayectoria de la demanda estudiantil de más espacios de estudio se remonta al curso 2013/2014, año en el cual no existían horarios especiales para exámenes. En una campaña liderada por la Red Eureka, los estudiantes lanzaron la petición #general24h, donde se solicitaba la apertura de 24 horas de la biblioteca general. En aquella ocasión también se hizo un encierro que acabó con el compromiso efectivo de la UMA de ampliar los horarios y espacios de estudio.
Desde ese año hasta la actualidad, la Red Eureka ha ido recopilando datos de ocupación de los espacios de estudio, trasladando sus demandas a la institución. Así, se han conseguido algunas de las mejoras, como habilitar zonas de descanso, microondas, más puestos de estudio… Varios años después los estudiantes vuelven a hacer un llamamiento a sus compañeros: «queremos que los estudiantes vengan para así poder tener una respuesta a corto plazo por parte de la Universidad de Málaga, que se pueda hacer efectiva en la próxima convocatoria de exámenes», señala Santiago Montiel.
El pasado mes de enero desde la red Eureka se realizó también un comunicado dirigido a la comunidad universitaria, con especial interés a su escucha por parte de los órganos de gobierno, donde se exponía la necesidad de una mayor apertura, tanto de espacios como de horarios, ampliando el acuerdo con las distintas bibliotecas municipales de Málaga así como en las bibliotecas de los municipios con una alta cantidad de estudiantes universitarios. También destacaban la necesidad de mejorar las opciones alimentarias de las máquinas expendedoras.