Un grupo de físicos de la UCM demuestra que se puede almacenar datos sin necesidad de utilizar campos magnéticos como en los discos duros. Esto, permitiría crear dispositivos que pueden almacenar más datos que hasta ahora.
El Grupo de Física de Materiales Complejos de la Complutense estudia desde hace años la posibilidad de crear, de forma artificial, nuevas interacciones electrónicas cuando se unen dos materiales distintos de una forma casi perfecta, con un control a escala atómica de la “unión” (interfase) entre ambos. “En estas interfases artificiales emergen de forma natural propiedades físicas inesperadas, que intentamos funcionalizar para fabricar nuevos dispositivos con aplicaciones en tecnologías a priori tan distintas como son la producción de energía o el control y almacenamiento de información”, comenta el profesor Jacobo Santamaría, director del GFMC.
En este último trabajo, los investigadores han utilizado las nuevas propiedades de una interfase entre dos óxidos complejos cuando uno de ellos es un imán, y han demostrado la posibilidad de controlar el magnetismo de este imán mediante el campo eléctrico que se puede generar con una simple pila. Zouhair Sefrioui y Carlos León investigadores del GFMC afirman que “este resultado permite tanto grabar como leer datos en una memoria sin necesidad de aplicar un campo magnético externo, y es ahí precisamente donde radica su importancia. A partir de ahora se abre una nueva vía para conseguir almacenar una mayor cantidad de información en dispositivos aún más pequeños.”
La comunidad científica sabe desde hace años que es necesario cambiar de forma radical la manera en que funcionan estos dispositivos para almacenar información, en particular tratando de evitar la necesidad de utilizar campos magnéticos. Y es precisamente en esta dirección en la que avanza el reciente descubrimiento de un grupo de profesores e investigadores de la Universidad Complutense de Madrid, el Grupo de Física de Materiales Complejos (GFMC). El trabajo, en el que también han colaborado científicos de los Laboratorios Nacionales de Oak Ridge y de Argonne (USA), y del CNRS-Thales (Francia), acaba de ser publicado en la revista ‘Nature Communications’.
El almacenamiento de información en los discos duros y memorias de nuestros ordenadores está basado en el control de la imanación de pequeños imanes, sobre los que se actúa mediante campos magnéticos, y que se utilizan como ‘bits’. Durante las últimas décadas hemos visto cómo científicos e ingenieros han hecho posible que los dispositivos de almacenamiento de memoria fueran incrementando su capacidad a un ritmo vertiginoso, provocando una revolución de las tecnologías de la información y de las comunicaciones hacia lo que se conoce como la nueva sociedad digital.