Una investigación en la que participa la Universidad de Córdoba estudia la relación entre el polen y las infecciones por coronavirus. El motivo, tal y como señalan, es que la exposición al polen en el aire aumenta la susceptibilidad a las infecciones virales respiratorias. Así, independientemente de si la persona es alérgica o no, las altas concentraciones de polen provocan una menor respuesta inmunitaria debido a una reducción de las proteínas antivirales (conocidas como interferones antivirales) que hacen frente a los virus. Teniendo en cuenta esto, un grupo de 154 investigadores se preguntó cómo afectarían las concentraciones de polen a la infección provocada por el SARS-CoV-2.
En busca de la respuesta, la catedrática Carmen Galán y el profesor José Antonio Oteros, del departamento de Botánica Ecología y Fisiología Vegetal de la institución cordobesa, han trabajado junto a miembros de la Red Española de Aerobiología (REA) en un estudio internacional coordinado por la Universidad Técnica de Múnich y el Helmholtz Zentrum Múnich (Alemania), donde María P. Plaza, miembro de este grupo de investigación, está realizando un postdoctorado. Equipo que ha trabajado con un conjunto de datos de concentración de polen en aire de 130 sitios de 31 países y en los cinco continentes.
El polen y las infecciones por coronavirus
La declaración de la pandemia por Covid-19 coincidió con una ola de calor en el hemisferio norte que inició el primer gran pico estacional en las emisiones de polen de los árboles. Para conocer el papel de estas concentraciones altas de polen en la incidencia de Covid-19, y la relación con el aumento de infecciones por coronavirus, el equipo cruzó los datos de polen de esta época concreta, junto con la humedad, la temperatura, la densidad de población y los efectos del confinamiento.
Tras el análisis, descubrieron una mayor cantidad de polen en el aire que estaría relacionada con los aumentos en las tasas infecciones por coronavirus; y que dicha tasa dependería en un 44% del polen cuando éste se presenta en concentraciones elevadas. El polen debilita la respuesta de esas proteínas de defensa contra el virus y genera más contagios. De este modo, según los datos las tasas de infección aumentaron después de una exposición a concentraciones más altas de polen durante los cuatro días anteriores. Sin confinamiento, un aumento de la concentración de polen en 100 granos de polen/m3 pareció implicar un aumento medio del 4% de las tasas de infección.
Así, en el camino de conocer mejor cómo afectan los factores ambientales a la propagación del SARS-CoV-2, este trabajo establece el papel del polen como factor modulador de las infecciones por coronavirus debido al efecto negativo del polen ante la respuesta inmunitaria. Por ello, desde la UCO señalan que un mayor conocimiento del efecto de estos factores ambientales y la instalación de redes fiables de medición de bioaerosoles en tiempo real, uso de información y sistemas de predicción del polen, podrían ser aliadas para hacer frente a la pandemia.