La Universidad de Jaén desea manifestar su rechazo a la intensificación del conflicto bélico en Oriente Próximo, así como su más rotunda condena a los ataques indiscriminados e injustificables que está sufriendo la población civil de Gaza y de Israel. Nos unimos a las voces que instan al respeto al derecho internacional humanitario y reclamamos un alto el fuego que permita explorar una solución pacífica y dialogada, así como el establecimiento de corredores humanitarios que faciliten la distribución de la ayuda a la población y la liberación incondicional de los rehenes.
No podemos dejar de reiterar nuestro compromiso con la paz, la justicia, los derechos humanos y los valores democráticos. Son esos valores fundamentales de nuestra universidad los que nos tienen que llevar a condenar este conflicto y todos los actos de violencia. No hay excepción que justifique los atentados terroristas de Hamás en Israel. Y, del mismo modo, el derecho de Israel en su defensa tiene que estar enmarcado en el derecho internacional y el derecho humanitario. No hay lugar para una vulneración de derechos humanos, ni causa que justifique un castigo colectivo en la población civil de Gaza, ni razón que impida asegurar las instalaciones de las escuelas, hospitales, centros sanitarios y campamentos de refugiados.
El número de niñas y niños asesinados en este conflicto suma cifras de auténtico horror. Tanto sufrimiento es intolerable y las hostilidades contra la población civil deben cesar ya. Mostramos nuestro dolor por las miles de víctimas inocentes y expresamos nuestra solidaridad con todas aquellas personas que están sufriendo como consecuencia del conflicto bélico. Es necesario garantizar un acceso humanitario rápido y sin trabas que facilite la entrada en Gaza de suministros vitales.
Somos y queremos ser un espacio de paz y de cooperación. Por eso, la Universidad de Jaén está alineada con las premisas señaladas por la Organización de las Naciones Unidas: la preocupación por el peligro de una acción indiscriminada y desproporcionada y el respeto al derecho internacional, así como la petición de un alto el fuego humanitario en este conflicto. No puede ser de otra manera, como consecuencia del papel fundamental que debe jugar la universidad pública en defensa de los derechos humanos, de la concordia y el entendimiento de los pueblos.