El Instituto Universitario de Arqueología Ibérica de la Universidad de Jaén (CAAI) ha recreado este miércoles, al amanecer en el yacimiento ibero de Puente Tablas, el rito ibero del equinoccio de otoño que marca el cambio de estación con el fin del verano. Una recreación que han podido presenciar alrededor de medio centenar de personas.
El subdirector del centro, Manuel Molinos, señala que se trata de “un espectáculo extraordinario”, y explica que “al salir el Sol por el horizonte, su luz se funde con la diosa de la fertilidad, representada por una estela antropomorfa en forma de roca, en un ritual que para la civilización ibera daba comienzo a la fiesta del otoño y marcaba el comienzo de un ciclo agrícola”. Molinos añade que tanto el equinoccio de otoño como el de primavera significan el inicio de un periodo agrícola y por lo tanto “son fiestas de gran importancia en todos los calendarios de las sociedades que viven del campo”.
Este ritual se recrea en la denominada Puerta del Sol del oppidum de Puente Tabla, un antiguo poblado ibero. Dicho pórtico fue construido en el siglo V aC y está orientado en dirección Este-Oeste. Para los investigadores del CAAI representa mucho más que una puerta y funciona como un calendario, regulando la vida del poblado, tanto desde el punto de vista de sus aspectos culturales como económicos.
La Puerta del Sol de Puente Tablas es el santuario urbano conocido más grande de la cultura ibera, ha sido declarado bien de interés cultural y es el referente más significativo del patrimonio arqueológico ibero de Andalucía. Por otro lado, el ‘oppidum’ es un asentamiento de tipo medio del siglo IV antes de Cristo, situado a unos tres kilómetros al noroeste de Jaén, en el que pudieron vivir unos 743 habitantes y en el que se conservan restos desde la Edad del Bronce hasta la época islámica.