La Universidad de Granada y la de Antioquía (Colombia) ofrece una nueva propuesta de intervención psicológica, denominada Social Cognitive Training (SCT) de 12 a 14 sesiones de duración, para mejorar la integración de los excombatientes en conflictos armados en Colombia, antiguos miembros de grupos ilegales, en particular de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y paramilitares surgidos para combatir a las dos organizaciones guerrilleras anteriores.
De este modo, las políticas de Desarme, Desmovilización y Reintegración (DDR), implantadas por la Comunidad Internacional, tienen como propósito apoyar este proceso de retorno a la vida civil de esta población participante. El estudio, publicado en la revista Frontiers in Psychology, ha sido desarrollado por un equipo de investigadores de distintas universidades: la UGR, a cargo de Sandra Trujillo, doctoranda del departamento de Psicología Experimental; y las colombianas Universidad de Antioquía y Universidad Autónoma del Caribe, así como la Universidad de Maastricht y la Heriot-Watt University de Edimburgo.
En la actualidad, estos excombatientes ya se encuentran en una ruta hacia la integración, cuya finalidad es su adaptación a actividades y entornos cotidianos. Entre otras dolencias, se trata el estrés postraumático y la depresión. Pero este método convencional sería menos efectivo que el que ahora proponen los investigadores. Tras dividir a los excombatientes en dos grupos, el primero recibió el tratamiento habitual, mientras que el segundo experimentó el Social Cognitive Training.
Intervención psicológica
Por su parte, el SCT difiere de otros entrenamientos psicológicos por el empleo de tres ejes de trabajo para tratar a la población: Emociones básicas, Habilidades sociales y Teoría de la Mente. “Los participantes son evaluados antes y después del tratamiento a través de una serie de pruebas psicológicas y tareas computarizadas de reconocimiento de emociones, que registraron la actividad eléctrica del cerebro y la respuesta de estas personas a imágenes emocionales que se presentaron durante el desarrollo del trabajo”, ha explicado Trujillo.
A través de este método de evaluación también se pudo medir la diferencia entre el entrenamiento convencional y el diseñado en esta investigación. De esta manera, se comprobó una reducción de actitudes agresivas y una mejora del reconocimiento y de la adopción de actitudes sociales complejas en los excombatientes que habían experimentado el SCT. También adquirían mejores estrategias para identificar sus emociones y estaban más capacitados para adaptarse a su entorno social con adecuación. «Estos cambios no se observaron con aquellos excombatientes que fueron evaluados con el mismo protocolo pero que continuaron con el tratamiento convencional”, indicó la investigadora.
En este sentido, los investigadores de esta intervención psicológica esperan que el SCT pueda ser implementado en los excombatientes de todo el territorio colombiano, para que así los resultados de su estudio “contribuyan a la mejora de los tratamientos psicológicos de esta población y favorezcan su proceso de integración en las comunidades”. Y, en consecuencia, “que así se promueva la construcción de paz en regiones afectadas por las confrontaciones armadas durante más de medio siglo en Colombia”.