La colaboración de investigadores de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Málaga y cirujanos plásticos ha dado lugar a la aplicación de una novedosa técnica de regeneración facial por autoinjerto de células madre procedentes del tejido graso.
La técnica se aplica en el propio quirófano, donde los biólogos son capaces de purificar en menos de una hora el resultado de la extracción. Tras el injerto de las células madre por parte de los expertos en cirugía plástica y regeneradora en la zona elegida, el paciente gana en supervivencia, efectividad y durabilidad del proceso, puesto que no existe posibilidad alguna de rechazo o alergias. Además, se abarata notablemente el proceso del implante.
En resumen, el método consiste en actuar sobre la zonas deterioradas de la piel del paciente transfiriendo su propia grasa enriquecida con un concentrado de células madre estromales, obtenidas, por lo general, de la zona abdominal.
La técnica viene de la mano de la empresa ‘Purificell’ y fue presentada el pasado viernes en el Rectorado en un acto presidido por la rectora, Adelaida de la Calle, en el que estuvieron presentes los artífices del proyecto, encabezados por la profesora Victoria de Andrés; el catedrático Pedro Fernández-Llébrez y el cirujano plástico José Ramón Moreno.
Lo que se obtiene con la aplicación de esta técnica es, en definitiva, rejuvenecimiento facial, regeneración de tejidos perdidos en cicatrices o heridas graves o la sujeción natural de los implantes mamarios, es decir, el mantenimiento de los nuevos tejidos implantados. El próximo objetivo de estos investigadores es poder conservar esas células madre de cada paciente en un banco de células para que la persona no tenga que entrar en quirófano de forma continuada en el quirófano cada vez que se vaya a realizar el tratamiento.