La industria aeroespacial se verá beneficiada de los resultados de esta investigación, que simplifica la fabricación de espumas metálicas, aprovechando condiciones de ingravidez para conseguir cuerpos sólidos con una porosidad de hasta el 90%.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Sevilla han desarrollado un nuevo método de fabricación de materiales de alta porosidad consistente en introducir partículas del metal como zinc, níquel o aluminio dentro de un contenedor inerte diseñado al efecto que se deja caer desde una altura suficiente para conseguir condiciones de imponderabilidad o microgravedad.
Cuando se alcanzan estas condiciones, los polvos de metal flotan dentro del recipiente, momento en el que se produce una descarga eléctrica de alta intensidad y corta duración, proveniente de unos condensadores, provocando un calentamiento instantáneo suficiente como para que esas partículas que estaban flotando en contacto unas con otras se congelen formando una estructura muy porosa.
Así, se trata de materiales como espumas de níquel, acero inoxidable o cobre que resultan útiles por ejemplo en la fabricación de filtros refrigerantes o de absorción de ruidos o energía. “Gracias a este procedimiento hemos conseguido crear muestras de materiales metálicos con un 90% de porosidad mientras que en el resto de procedimientos la cantidad máxima de poros que pueden llegar a conseguirse es de un 60%”, explica Eva Mª Pérez, investigadora responsable de la patente.
El siguiente paso de esta investigación, según comunican desde la Universidad de Sevilla, pasa por encontrar empresas interesadas en la explotación de esta técnica, lo que podría suponer ampliar el rango de aplicaciones de estas espumas metálicas al ser un método rápido y de coste más barato.