La Universidad de Sevilla junto a la de Granada y la Junta de Andalucía se han unido para reclamar al Gobierno central un reparto justo de los sellos de excelencia Severo Ochoa y María de Maeztu. El pacto entre las instituciones ha estado representado por el consejero de Economía y Conocimiento, Antonio Ramírez de Arellano; el rector de la Universidad de Sevilla, Miguel Ángel Castro, y el director de Centros e Institutos de Investigación de la Universidad de Granada, Fernando Cornet; y los directores de los institutos de matemáticas de Sevilla y Granada, Antonio de Castro Brzezicki y Joaquín Pérez, para reclamar al Gobierno central un reparto justo de los sellos de excelencia Severo Ochoa y María de Maeztu.
En esta línea, Ramírez de Arellano ha exigido al Gobierno que “tenga el valor político” de decir por qué “los programas de excelencia sostienen el eje de infraestructuras de investigación entre Madrid y Barcelona”, acaparando el 80% de los fondos destinados a este fin, y “se deja a los demás fuera”, una situación “muy preocupante”. A estas declaraciones ha sumado que
“de las cinco universidades españolas referentes en investigación matemática, tres cuenten desde hace varios años con un sello de excelencia”
En concreto se refiere a Madrid, Barcelona y País Vasco, quedando fuera Sevilla y Granada, pese a estar calificadas en el Ránking de Shangái en el puesto uno y tres respectivamente a nivel nacional (en el listado internacional la Hispalense ocupa el 49 y la granadina está en la franja 75-100). :
El consejero de Economía y Conocimiento ha explicado que las instituciones andaluzas vienen recibiendo durante años “excusas” por parte de la Agencia Estatal de Investigación, dependiente del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, del tipo “no tenéis suficiente dimensión o es interesante que buscarais alianzas con otras instituciones” y cuando se ejecuta lo que los gestores del programa diseñan como excelencia, se vuelve a decir que “ésa ya no es la excelencia”. Este hecho ha sido recalcado como un sinsentido llegando a cambiar periódicamente los requisitos impuestos por la Agencia Estatal de Investigación, dependiente del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, por los que ahora muchos de los centros que tienen el sello no alcanzan la nueva calificación. Se suma además que el recién constituido Instituto Andaluz de Matemáticas (Iamat), suma de los de Granada y Sevilla, no alcanza la nueva calificación atendiendo al requisito de estar constituido antes de 2015, algo ante lo que Arellano ha señalado que “parece diseñado para impedir justo que se presente este proyecto”.
Ante esta situación, Miguel Ángel Castro, ha reivindicado la figura del nuevo Instituto Andaluz de Matemáticas y ha reclamado que su candidatura pueda ser admitida y tratada “exactamente igual” que el resto de las peticiones que concurren a los sellos de excelencia. “Estamos sorprendidos por el cambio en las condiciones de la convocatoria, tras haber creado una gran alianza para el desarrollo de las Matemáticas entre ambas universidades ahora no valga” dicha unión. Por su parte, Fernando Cornet ha señalado el “esfuerzo” realizado por las dos instituciones académicas y ha puesto de relevancia el nivel investigador de ambas.
Candidatura andaluza a los sellos de excelencia
Frente a esto, el Instituto de Matemáticas de la Universidad de Sevilla presentará su candidatura al sello María de Maeztu y lo hará reforzada con científicos de la Universidad Granada. De esta forma se cumple con los requisitos formales al haberse creado en 2011 –no se admiten centros creados después de 2015– y al contar con una mayoría de científicos de la Hispalense, incorporando a un 20 por ciento granadinos, además de un investigador de Málaga y otro del Imperial College de Londres. Castro ha explicado que, se ha tratado de hacer la “propuesta más inclusiva posible”.
Una candidatura compartida e impulsada por ambas universidades que ha sido posible gracias a la cohesión, voluntad y generosidad de ambas instituciones, que han trabajado juntas para enfrentarse al problema generado por el cambio de normas del Gobierno central. Ramírez de Arellano se ha mostrado confiado en que la “excelencia matemática andaluza, prestigiada fuera de España, tenga su merecido reconocimiento” con la obtención de la calificación de ‘unidad de excelencia’ María de Maeztu.
El consejero andaluz ha recalcado el compromiso de la Junta de Andalucía por los centros e institutos de investigación, recordando que una de las recientes convocatorias competitivas del PAIDI, dotada con nueve millones de euros, se ha dirigido a respaldar a aquellas instituciones andaluzas que pretendan volverse a presentar a la obtención de un sello de excelencia con el fin de que puedan reforzar sus propuestas.
El consejero también reivindicó que otros centros andaluces pueden obtener sello de excelencia, como el Instituto de Astrofísica de Andalucía, el Centro Andaluz de Biología Molecular y Medicina Regenerativa (Cabimer), o la Estación Biológica de Doñana, que no pudo renovar su acreditación el pasado año 2016.