La rectora de la Universidad de Granada, Pilar Aranda, ha hecho entrega este miércoles a su predecesor, Francisco González Lodeiro, de la Medalla de Oro de la institución «por el valioso servicio prestado» a la misma. El Crucero del Hospital Real ha sido escenario de la ceremonia de medallas, menciones honoríficas y distinciones a los Premios Nacionales Fin de Carrera.
Al acto han acudido los responsables de las administraciones granadinas: la delegada de la Junta de Andalucía, Sandra García; el presidente de la Diputación de Granada, José Entrena, y el nuevo alcalde de Granada, Paco Cuenca. Este último, que ha asistido a su primer acto en la UGR bajo el cargo de regidor, ha mantenido una reunión con Pilar Aranda en los instantes previos a la entrega.
Cerca de 200 distinciones han reconocido la trayectoria de estudiantes, docentes y personal de administración y servicios. María Begoña López ha sido la encargada de inaugurar los discursos, en representación de los alumnos premiados, con una intervención en la que ha hecho un llamamiento a los responsables políticos y a la propia Universidad: «Irse al extranjero debería ser una opción, no una obligación».
Magdalena Arrabal, en nombre del personal de administración y servicios que ha recibido la mención por su retiro, ha recorrido su experiencia como trabajadora de la institución granadina, desde la entrada del primer ordenador, «que costó un millón de pesetas» en el año 1982, hasta la completa administración electrónica, que «ha agilizado mucho pero ha quitado mucho valor». En representación de los profesores se ha manifestado María José Osorio, también en un paseo por su memoria: «Hemos sido testigos y actores de una universidad viva», ha afirmado. En su intervención ha destacado la «incorporación masiva de la mujer a todos los campos de la Universidad».
Las Medallas de Plata con motivo de los 24 años de servicio han tenido como protagonistas a Rafael Fernández y Emilia Guadix. El primero ha calificado a la universidad como «una segunda casa» , al tiempo que ha hecho referencia a la dedicación al trabajo que lleva al personal de administración y servicios a llegar a las ‘bodas de plata’. Guadix, por su parte, en nombre de los docentes, ha vaticinado «grandes cambios» en los próximos años, y ha reivindicado la dedicación exclusiva del profesorado y los investigadores a sus labores, al margen de actividades administrativas.
El protagonista de la ceremonia, Francisco González Lodeiro, ha compartido un repaso de todos los sucesos que han marcado su compromiso con las instituciones académicas desde que hace 50 años accediera a la Universidad de Madrid (hoy Universidad Complutense de Madrid). En los últimos años, «en plena crisis», se hizo con el mando de la UGR, donde en todo momento, ha dicho, se ha sentido «apoyado por la comunidad universitaria».
La rectora de la UGR, Pilar Aranda, ha sido la encargada de clausurar el acto, «uno de los más especiales y entrañables» a los que ha asistido desde que accediera al cargo hace un año. Ante la comunidad universitaria, Aranda ha puesto en valor su dedicación por construir una «universidad de las personas». En su discurso, ha agradecido el trabajo de Lodeiro en un «Rectorado de tiempos difíciles y retos ilusionantes».