Un grupo de estudiantes de la Universidad de Granada ha remitido una carta a los medios de comunicación como queja ante la actuación de la institución en el sistema de evaluación. Según señalan los propios alumnos firmantes, la UGR sería una de las pocas universidades que plantea un sistema de grabación de las pruebas síncronas.
De este modo, en las directrices aprobadas por la UGR se permitiría la grabación de los estudiantes durante los exámenes virtuales. En este punto cabe destacar como en la Resolución de la Rectora sobre Tratamiento y Protección de los Datos Personales en desarrollo pruebas de Evaluación No Presenciales, se establece que “La Universidad de Granada ha descartado el uso de herramientas de proctoring en las pruebas de evaluación no presencial que lesionen el derecho a la intimidad del interesado o la intromisión domiciliaria. En particular, no se permite el uso de técnicas biométricas de reconocimiento facial, que requieren de una formación específica del profesorado y estudiantado, además de disponer de los medios tecnológicos más proporcionales a la finalidad pretendida”.
Es así como, solo se reconoce la posibilidad de grabar a los estudiantes durante las evaluaciones realizadas por videoconferencia. Este tipo de pruebas podrían ser grabadas con el fin de garantizar el derecho de revisión del estudiantado y cumplir con el deber de conservación, siendo así la única evidencia que permite garantizar tales derechos, según lo expone la propia UGR. En este sentido, la resolución rectoral expone que “en todo caso, debe informarse al estudiantado de que los datos solo se conservarán a efectos de revisión y por el tiempo estrictamente necesario“.
Junto a estas directrices, también se recoge la posibilidad de utilizar sistemas de videoconferencia durante las pruebas de evaluación no presenciales distintas a la prueba oral. De este modo, la uGR permite que los docentes hagan uso del sistema de videoconferencia con vistas a la correcta identificación del estudiantado, así como garantizar la interacción necesaria entre el profesorado. En este punto se recalca que “la grabación no será necesaria, dado que los resultados de la prueba realizada por el estudiantado y entregado al profesorado, constituyen la evidencia que permite garantizar el derecho a revisión y cumplir con el deber de conservación”. :
Carta de los alumnos
Ante las distintas posibilidades, un grupo de alumnos granadinos ha emitido una carta de queja en la que señala su descontento con la gestión de la institución. Así, exponen cómo la UGR “estaría más preocupada por el control del plagie que por la formación de los estudiantes“. A las quejas sobre la actuación de la universidad suman su descontento por la “rectificación del rectorado permitiendo el proctoring en las pruebas de evaluación”.
Aunque la Universidad descarta por completo el uso del proctoring, al permitir la grabación en otro tipo de pruebas así como el uso de las cámaras, los alumnos señalan que esta medida sería un modo de “camuflar” el sistema de reconocimiento. Estas quejas, junto a la sensación de “desamparo” les ha llevado a un grupo de estudiantes a escribir la sigueinte carta:
Enseñar o evitar copiar
¿Cómo se encuentran los estudiantes ante esta situación tan excepcional en la que estamos? Antes de ser estudiantes somos personas, lo cual parece que se está olvidando.
No es ninguna película de sábado por la tarde, tampoco es una serie. Esto por lo que estamos pasando, es la vida real, y los estudiantes, independientemente del lugar, lo estamos padeciendo .
Nosotros desde la Universidad de Granada queremos mostrar nuestro descontento ante la situación, ya que como representantes estudiantiles no estamos siendo escuchados. Este malestar se puede apreciar en las 3 veces que, hastags como #VerUGRenza #mUGRe o #PilarNosMiente han conseguido llegar a ser “trending topic” en Twitter a nivel nacional. Este último fue debido a la polémica rectificación del rectorado permitiendo el proctoring en las pruebas de evaluación, excluyendo así la opinión del estudiantado, a quienes se les había prometido justo lo contrario. Esta decisión, rechazada públicamente con anterioridad por ellos mismos, ha sido camuflada con la palabra ‘’videovigilar’’ (proctoring = vigilar, supervisar), argumentando su ‘uso necesario’ para evitar el plagio en dichas pruebas.
Nos sorprende ver la rotundidad llevada a cabo en algunos temas como el proctoring y la falta de claridad existente en otros de mayor importancia como por ejemplo, la forma de evaluación. Tras varias semanas sin información, se publicó un documento ambiguo que utiliza términos como “se pretenderá”, “en la medida de lo posible”, “se intentará” y varias recomendaciones que, en la mayoría de los casos se han quedado en eso, recomendaciones. Como ejemplo se “aconseja” valorar el trabajo continuo, eliminando cuando sea posible el examen final. Al fin y al cabo, dejando dicha responsabilidad a los docentes los cuales optan mayoritariamente por la evaluación establecida al inicio del curso, dando la opción de examen final presencial siempre que las circunstancias lo permitan, llegando a producirse grandes diferencias entre los distintos grupos de una misma materia. Esto nos produce tristeza, ya que invisibiliza la labor de muchos docentes que siguen realizando su trabajo y esforzándose aún más para facilitarnos esta situación.
¿Enseñar o evitar el plagio? Es triste ver que se le dé más importancia a esta segunda idea. Con estas decisiones se ponen en duda la lealtad de los estudiantes por aprender, imponiendo medidas extremas sin empatizar con los estudiantes y poniéndolos en algunas situaciones “entre la espada y la pared”. Un ejemplo de ello son las diferentes pruebas de velocidad que se realizan de forma periódica al estudiantado. ¿Es humano tener menos de un minuto por pregunta sin la posibilidad de retroceder o cambiar la respuesta de tu pregunta? Con estas medidas sólo demuestran una realidad, nos tratan como máquinas, no como personas.
Además de las situaciones atípicas que nos rodean, estamos desamparados en circunstancias ajenas a nuestro alcance. Por ejemplo, si durante un examen hay un fallo eléctrico o similar, los docentes nos intimidan con calificarlo como no entregado, haciéndonos sentir responsables de dicha situación y sin empatizar con nosotros.
La motivación principal que nos mueve a escribir este testimonio es la parsimonia de muchos de los docentes para impartir la materia adaptando las medidas oportunas ante la situación en la que nos encontramos. A esto se suma la poca preocupación que ha habido con la opinión de los estudiantes en la toma de decisiones.
Por Juan José Jarque Megías (Estadística UGR) (Grado Estadística), Ángela Domingo Álvarez ( Química UGR), Carmen Muñoz Córdoba (Estadística UGR), Miguel Ángel Suárez Rojas (Matemáticas UGR), Iván Salido Cobo (Matemáticas UGR)