La Coordinadora de Representantes de Estudiantes de Universidades Públicas (CREUP) reclama que el futuro Estatuto del Becario, negociado en la mesa de diálogo social reunida este miércoles, incorpore las reivindicaciones del estudiantado universitario, garantizando la formatividad de las prácticas académicas, evitando el fraude laboral y estableciendo una remuneración justa.
En este sentido, para la Coordinadora el garantizar la calidad de las prácticas pasa por adoptar medidas que ahonden en su carácter formativo. Para ello es fundamental el papel del estudiantado en el diseño de las prácticas, de manera que puedan adaptarse a sus necesidades y se evite que el estudiante realice labores fuera de sus competencias.
Así pues, desde la Coordinadora de Representantes de Estudiantes de Universidades Públicas insisten en que “es fundamental que existan mecanismos de control de las prácticas, a través de las cuales los tutores de la empresa y la Universidad puedan guiar y garantizar una formación de calidad”. En este sentido, de cara a la elaboración del Estatuto del Becario, desde CREUP proponen una tutorización continua que permita un seguimiento efectivo de la actividad del estudiante, junto a una limitación máxima de horas que facilite la conciliación académica, personal y laboral del estudiante.
Además, la Coordinadora defiende a la hora de abordar el Estatuto del Becario la remuneración y cotización de todas las prácticas académicas. Es decir, que no solo cubra los gastos derivados de la actividad del estudiante, sino que compense también el coste de oportunidad que le supone realizar unas prácticas, así como que ponga en valor la labor que realiza.
A este respecto el presidente de CREUP, Nicolás Hernández, ha declarado que “el Estatuto del Becario debe garantizar a todos los estudiantes el acceso a unas prácticas de calidad, que pongan en el centro sus necesidades formativas y por las que se reciba una remuneración justa”.
Reuniones constantes por el Estatuto del Becario
Una de las demandas principales de la CREUP, que lleva meses demandando un nuevo marco normativo que dignifique las prácticas y evite malas praxis, es que el Estatuto del Becario aborde una regulación de las prácticas académicas. Todo ello después de la aprobación en diciembre de la reforma laboral, y con un supuesto plazo máximo de seis meses desde entonces.
Es por ello que las reuniones relativas a dicho Estatuto son continuas, como ya ocurriera a mediados de abril en la primera reunión del Ministerio de Trabajo tras convocar la mesa de negociación con sindicatos y patronal. Encuentro en el que se presentó un proyecto de reforma por el que, como indican desde el Ministerio, se comprometen a “eliminar las fórmulas de falsos becarios y becarias y dotar de un catálogo de derechos al estudiantado en prácticas”. Propuestas que, insisten desde la Coordinadora, “avanzan en las necesidades demandadas”.