Los índices de violencia de género siguen subiendo y aún nos preguntamos por qué. ¡Si estamos en el siglo XXI! Si las cosas han cambiado; si hay políticas de igualdad y las mujeres tienen los mismo derechos. Pues no es así. La mujer sigue sufriendo acoso, malos tratos y en el peor de los casos es asesinada por ser MUJER.
Según el último estudio elaborado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), por encargo del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, sobre la percepción social de la violencia de género, el 30% de la juventud española de entre 18 y 39 años, muestra tolerancia con alguna forma de maltrato, como el control del otro o de la otra y las discusiones constantes.
Películas como 50 Sombras de Grey, programas como ‘El intermedio’, o ‘Mujeres y Hombres y Viceversa’ trasmiten unos estereotipos machistas y que humillan a la mujer. Planos que desnudan a las chicas, frases como: “Ay omá, qué rica” y calificaciones como: fresca o sueltecita, son escuchadas por nuestra juventud todos los días en estos espacios e interiorizadas y normalizadas en su comportamiento social. Chicas jóvenes muy maquilladas, arregladas, con tacones altísimos; compiten entre ellas para conseguir la atención del chico y ser la elegida. Los chicos musculados, depilados y demostrando continuamente sus cualidades físicas.
También están presentes los estereotipos de mujer tonta y guapa, la guerra de sexos y las reporteras explotando su lado sexy y sensual, independientemente de la calidad de la información. Se emiten mensajes masculinos que degradan a la mujer y la exponen como objeto sexual, perpetuando los prototipos androcéntricos. Esto lo vemos cuando se disfrazan las chicas de enfermera sexy, colegiala, etc.
El valor de la mujer ante las cámaras depende de su atractivo físico. Si a esta realidad sumamos las nuevas tecnologías y redes sociales obtenemos el panorama actual y peligrosísimo que protagoniza nuestra juventud. Perfiles falsos en redes sociales; suplantación de identidad; aplicaciones para móviles que nos dan la posición geográfica de las personas; imágenes y vídeos íntimos colgados en internet o usados como coacción; grabaciones telefónicas… son algunas de las muchas formas de agresión social.
Lo duro es que son denunciadas en estos programas de la tele. En concreto, en ‘Mujeres y Hombres’, presentan a diario conversaciones y pruebas multimedia que degradan y agreden a la intimidad e imagen de la mujer. Las relaciones sentimentales están basadas en celos, dominio y desconfianza. Tenemos chicos que quieren ser tronistas y que son atacados a través de su “masculinidad” con frases como: “Eres poco hombre”, “eres demasiado bueno” o “eres un calzonazo”. Y chicas que “tienen que darse a valer” para no ser tachadas de “facilonas” o “frescas”.
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