La joven malagueña Marina Esteve Pérez, de 25 años, ha sido la ganadora del IV Certamen Antonio Jaén Morente de la Universidad de Córdoba por su Trabajo de Fin de Máster en Gestión de Patrimonio desde el Municipio, bajo el nombre La tumba-cenotafio del Visir Rej-mi-Re: análisis contextual, iconográfico y propuesta de puesta en valor, que estuvo dirigido por el profesor Fernando Moreno Cuadro.
Así, la premiada recibió un diploma y 500 euros en metálico por su obra, que será publicada en la revista Anahgramas junto al resto de investigaciones seleccionadas. Por este motivo, Aula Magna ha tenido la oportunidad de entrevistarla donde nos ha contado cómo fue para ella recibir este reconocimiento, sus futuros proyectos y para qué irá destinado el galardón recibido.
¿Por qué decidió presentarse a este certamen? ¿Por qué cree que ha sido reconocido su trabajo?
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La presentación fue fortuita. Tras una publicación de la profesora Maria de los Ángeles Jordano, decidí hacerlo. Lo entregué con la esperanza de que, al menos, les pareciera interesante de cara a la publicación. Ciertamente todo el que ha leído mi TFM decía que era de buena calidad y bastante llamativo. Pero, aparte de la matrícula que obtuve en la defensa, no lo había sometido a otro juicio académico.
Creo que ha sido premiado por ser un proyecto realizado a pie de campo, habiendo pasado muchas horas en la TT100, la tumba del Visir Rej-mi-Re. El conocimiento del yacimiento, en su totalidad y de primera mano, denotaba además la pasión que tengo por dicha tumba y por el personaje que la debió ocupar. Es un proyecto que me ha llevado más de un año de investigación y del que estoy muy orgullosa, así que tenía esperanzas de que el tribunal percibiera ese esfuerzo y el trasfondo de mi investigación.
¿Cómo se siente al saber que su trabajo va a ser publicado en la revista Anahgramas? ¿Qué piensa hacer con los 500 euros de premio?
La publicación del trabajo me hace sentir muy orgullosa. Me encantaría que otros estudiantes, apasionados por la egiptología y que como yo, no encontraban la manera de formarse en esta materia, puedan disfrutarlo y ver que la egiptología en España es posible. Con el premio económico voy a seguir formándome, ya que irá destinado a pagar parte de mi matrícula universitaria en Manchester, donde curso último año de Egiptología y próximamente el primer año del siguiente ciclo universitario para mi especialidad.
¿Por qué le surgió hacerlo sobre la tumba-cenotafio del Visir Rej-Mi-Re?
Gracias a mi trabajo en el Proyecto Visir Amen-Hotep Huy en Luxor, en noviembre de 2014 visité por primera vez la tumba del Visir Rej-mi-Re. Cuando el guardián de la puerta abrió, recuerdo que miré la tumba y su estructura de “T” invertida me llamó la atención, es como un flechazo entre el monumento y tú. Sin embargo, no fue hasta julio de 2016 cuando decidí investigar sobre la tumba y empezar a sacar mis propias conclusiones sobre el monumento, ya que la última documentación era de mediados del siglo XX.
Esta investigación se convirtió en mi TFM cuando Fernando Moreno, mi tutor del TFM, me preguntó de qué iba a tratar mi proyecto final; no dudé en planteárselo, sinceramente con cierto miedo de que le pareciera una locura de tema, él aceptó confiando en mí y en el que sería mi trabajo. Gracias a Moreno y el apoyo recibido he podido afrontar este trabajo desde la perspectiva que me parecía más adecuada y aclaratoria.
¿Considera que el Estado está apostando por los jóvenes historiadores? ¿Hay suficientes ayudas?
Bueno, el Estado debería apostar más por los jóvenes historiadores, la formación y la cultura. Los investigadores jóvenes, y los no tan jóvenes, muchas veces estamos sujetos a las ayudas económicas para poder llevarlas acabo.
En mi caso, estudio el Antiguo Egipto, que es una materia para la que necesitas trasladarte a Egipto y consultar colecciones en museos, adquirir bibliografía y mucho más, que revertirá el día de mañana en investigación que se produce en nuestro país y que debería enorgullecernos. Así pues, hay que apostar por la investigación, dar posibilidades a las universidades de promover investigaciones propias con más recursos.
¿Qué historiadores tiene como referente? ¿Cuál época histórica le parece más interesante y le gustaría indagar más?
En cuanto a mis referentes en la materia hay muchos nombres reseñables en primer lugar los que han sido mis maestros y siguen siendo mis padres egiptológicos hoy en día Francisco Martín y Teresa Bedman, de quienes he aprendido la tenacidad y el esfuerzo, además de formarme en materia egiptológica. Ellos me dieron la oportunidad de trabajar en Egipto en 2014, en un proyecto lleno de posibilidades donde he crecido personalmente y profesionalmente, y al que espero haberle aportado con mi esfuerzo parte de los privilegios que me ha otorgado.
Además, hay muchos referentes internacionales como podría ser Alexandre Varille, Nicolas Grimal o Flinders Petrie, pero siendo realistas las personas que más nos influyen son las que tenemos cerca como el profesor y amigo Alfonso Palomo, de quien, siendo muy joven, aprendí el respeto y las posibilidades del estudio óseo y anatómico, una de mis grandes pasiones.
¿Fue complicada la investigación? ¿Todavía hay secretos por descubrir en la tumba?
Además de la documentación fotográfica, planimétrica y las múltiples visitas al monumento, esta investigación ha requerido la lectura y análisis de textos ingleses, franceses, italianos, jeroglíficos y mucho más. Como también a la visita a diversas colecciones en Europa como la colección y la biblioteca del Museo de Turín, en la búsqueda incansable de las fuentes primarias.
Por supuesto que aún hay secretos por descubrir, al Visir se le “robó la voz” con la damnatio memoriae que sufrió su tumba, pero yo siento que le devuelvo la palabra hablando de él y buscando su verdad. Así que mi investigación no ha acabado, y espero retomarla cuando sea posible empezar a demostrar mi propuesta de conclusiones, para lo que en un futuro requeriré apoyo institucional y económico, por lo que espero que este proyecto finalice de mano de la Universidad de Córdoba, aunque no a corto plazo, ya que es importante dejarlo reposar y seguir investigando.
¿En dónde le gustaría trabajar en un futuro?
El ámbito universitario me apasiona. La investigación en materia de egiptología, que es mi especialidad, debe de llegar de lleno a las universidades españolas, ocupando el espacio que se merece una materia tan extendida. Este sería sin ninguna duda mi futuro utópico, la enseñanza egiptológica en la universidad.
Actualmente ya me encuentro impartiendo docencia en unos cursos de extensión universitaria de la Universidad de Málaga y el IEAE, con unos ciclos anuales en el Centro de Cultura Contemporánea de la Diputación de Málaga, La Térmica, que por quinto curso se imparten de forma monográfica para adultos, en los que se trata historia, literatura, jeriglíficos, arte, arqueología, arquitectura y mucho más.
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