Emilia María Reyes, doctoranda y joven investigadora del Departamento de Química Analítica de la Universidad de Córdoba (UCO), nos hace llegar su carta por la Ciencia.
«Hace dos años, 40.000 investigadores e investigadoras de este país se unieron para firmar la ‘Carta por la Ciencia’, que en su primera versión, en 2012, y en plena crisis, alertaba de la posibilidad de que la investigación en España retrocediera varias décadas en lo que a I+D+i se refiere.
Dos años después, cuando las cosas continúan estando difíciles para la ciencia en España, se me ocurre que sigue haciendo falta llamar la atención de la gente y de quienes dirigen el futuro de este país sobre lo urgente que es apostar por la investigación. Por ello, cuando decidí participar en la Noche Europea de los Investigadores pensé en escribir mi propia carta por la ciencia. No quiero entretenerles, sólo decirles que estoy convencida de que la Investigación y la Innovación son los únicos caminos para cambiar de modelo y parece que nos hace falta ese cambio. Es el único camino. La investigación es la única que puede ayudarnos a depender menos del exterior en asuntos tan relevantes como el modelo energético. La investigación, creo, es la única que es capaz de sumar progreso y sostenibilidad. Piensen en otras vías. Las otras nos han llevado a la ruina. Y en esto deberíamos de estar todos de acuerdo, ¿no?
No hay país fuerte sin investigación fuerte. Sencillamente ninguno. Nosotros, los jóvenes que investigamos en España, lo hacemos, en la inmensa mayoría de los casos, con poco menos de 900 euros al mes. A pesar de ello, los datos sobre nuestros resultados de investigación reflejan un talento y unas posibilidades más que competitivas. Imaginen hasta dónde podríamos llegar. A pesar de las ‘Cartas por la Ciencia’, y de muchos titulares leídos estos años, en 2011 al terminar mi carrera con premio extraordinario decidí continuar vinculada a la Universidad e iniciarme en la investigación. Quise ser investigadora. Soy investigadora. En el último curso de mi carrera, conseguí una beca de la Universidad de Córdoba de Iniciación a la investigación de 2 años de duración. Fue mi primera oportunidad. Actualmente, desarrollo mi tesis en el Departamento de Química Analítica, gracias a una beca de Formación para el profesorado universitario del Ministerio de Educación. Es mi segunda oportunidad. En unos meses, si todo sale bien, me iré a Bélgica a realizar una estancia de investigación. Será mi tercera oportunidad.
Hasta ahora todo parece ir encaminado. Sin embargo, atendiendo a las cifras de contrataciones en Universidades y centros de investigación no me siento especialmente ilusionada. Soy joven y mujer. La estadística no está de mi parte. Como tantos otros compañeros antes que yo, me pregunto si mi estancia fuera de España se acabará convirtiendo en algo definitivo. Como tantas mujeres investigadoras me pregunto si llegará el día en que tenga que renunciar a mi vocación.
Hoy he podido pasar la tarde mostrando a niños y jóvenes lo divertida que es la ciencia, lo ilusionante que es. No quiero que esos pensamientos borren mi pasión por la ciencia. Por eso les pido a todos ustedes que desde donde estén, sea cual sea su posibilidad de influencia en el cambio, hagan posible que sean muchas las personas que puedan decir: “Quise ser investigadora. Soy investigadora”.
Gracias.