Divide y vencerás. La estrategia conocida desde tiempos de los romanos ha mostrado su eficacia tras siglos de aplicación. Las piezas más pequeñas tienen menos fuerza y menos poder, por lo que es más fácil atacarlas y someterlas.
A la hora de trabajar por la ciencia, la investigación y el conocimiento en general la mejor estrategia es mantener todas las áreas unidas. Y dentro de estos sectores la universidad es un pilar fundamental. Sin Universidad no hay ciencia y viceversa. Es la Universidad, como espacio del conocimiento, la encargada de formar a los científicos, defender el método y transferir los resultados. La cuna de la ciencia y del conocimiento que se transformará en innovación. Es cierto que, actualmente, muchos otros organismos también tienen entre sus objetivos la creación y progreso de la ciencia, pero estos no dejan de tener una relación directa con las universidades.
¿Se puede entender una Universidad sin ciencia? No. No tiene sentido una universidad que no pueda participar en los planes de desarrollo científicos y de innovación de un país. Tiene que formar parte intrínseca de las de las decisiones y no ser una invitada más en la mesa.
La división de carteras sucedidas en España con el nuevo Gobierno central responde a un interés político y no a una necesidad real. Sacar a la Universidad de la cartera de Ciencia e Innovación no solo debería preocupar a los responsables de las instituciones, sino que debería saltar al resto de la sociedad. La línea de actuación general de los países de la Unión Europea suman los tres pilares de del conocimiento (investigación-innovación-educación) y con la nueva estructura España se desmarca de su contexto.
Tras un Plan Bolonia que se supone buscaba unificar la Educación Superior la nueva medida marca un nuevo distanciamiento en las políticas. Porque al final se demuestra que todo es política, una “ciencia” que no tiene en cuenta las necesidades reales de la sociedad.