Dentro de poco llega el Día Internacional de la Mujer en un contexto en el que el desarrollo de políticas y planes en pro de la Igualdad de Género se ha extendido en distintos ámbitos, incluyendo al sector público. Las propias universidades cuentan con Planes de igualdad que contemplan distintas medidas sobre I+D+i. Entre ellas, el apoyo a proyectos que consideren la perspectiva de género -como sucede en convocatorias europeas como Horizon 2020- o estén coordinados por mujeres, o el impulso de actuaciones para aumentar el número de participantes femeninas. Adoptarlas no es una opción sino una necesidad, puesto que contribuyen, además de a su responsabilidad social, a una mejor gestión de los recursos humanos, del conocimiento y de su capital social. Si como sostienen las políticas de Igualdad, hombres y mujeres somos diferentes, sus posibles visiones divergentes suponen un potencial enriquecimiento, en cuanto a creatividad e innovación de los proyectos, más aún cuando proceden de diversas áreas de conocimiento.
Precisamente para impulsar la ciencia, la tecnología y la innovación como uno de los motores de desarrollo sostenible, la Asamblea General de las Naciones Unidas ha declarado el 11 de febrero como Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Numerosas instituciones educativas, desde primaria a la universidad, se han sumado con eventos divulgativos protagonizados por mujeres. Yo misma participé como voluntaria en una charla ante estudiantes de informática de un instituto malagueño: si la memoria no me falla, de una veintena sólo una era mujer. Aquel aula no era sino un reflejo de cómo la elección de estudios y de profesión puede estar aún condicionada por estereotipos de género. Terminaba motivándolos a crear y a innovar y deseándoles que algún día llegaran a lo más alto, como lo hicieron las protagonistas de Cuentos de Buenas Noches para niñas rebeldes, que usé como colofón. Todas mujeres valientes al escoger lo que quisieron ser, pero muy pocas parte del 3% que ha recibido un Premio Nobel.
La historia nos demuestra que ha habido grandes científicas y tecnólogas. Pero en este ámbito, según Naciones Unidas, hay aún cierta exclusión o desigualdad laboral, especialmente en posiciones de liderazgo, donde las diferencias se amplían. Por ello se creó el #11defebrero, y con objetivos similares han surgido redes que, dando protagonismo y visibilizando los logros de mujeres y contando con la colaboración ciudadana, pretenden aportar soluciones a retos sobre Igualdad de oportunidades profesionales. Es el caso, entre otros, del WomanDigital lanzado por la Consejería de Empleo, Empresa y Comercio de la Junta de Andalucía como parte de su estrategia TIC2020.
El llamado empoderamiento femenino, terminología con la que, confieso, no me siento del todo cómoda, quizás porque se ha abusado de ella con fines políticos o comerciales, está en auge: basta con buscar online para localizar multitud de meetups o jornadas, especialmente en sectores como las TICs o el emprendimiento. Como en todo, lo importante no es cómo lo llamemos sino que los planes no se queden en planes, se ejecuten y se midan resultados, ni los eventos en meras portadas, tweets o declaración de intenciones. Confiemos en que estamos escribiendo una versión 2.0, mejorada, de cuentos que contar a nuestras nietas; o aún mejor, que la Igualdad esté tan asumida que podamos hablar, simplemente, de grandes geni@s. :
por María Sánchez González
Profesora asociada e investigadora en Periodismo en la UMA y técnico de Innovación en la UNIA
@cibermarikiya