Primer día de clase. Entro en el aula y cuento el número de alumnas ¡Decepción! otro año más con un 10% de chicas. Así van ya más de 10 años y desde hace algún tiempo me pregunto el porqué de esta drástica disminución de chicas en carreras TIC. No siempre fue así, pero lo cierto es que actualmente, en España, solo el 12% de estudiantes de Informática son mujeres. Obviamente, tenemos un reto trascendental al que no le estamos prestando suficiente atención.
La transformación digital que vivimos nos abre infinitas oportunidades para mejorar nuestra calidad de vida. Claramente necesitamos expertos tecnológicamente preparados que piensen y desarrollen las aplicaciones y servicios que demanda nuestra sociedad. Ellos decidirán hacia dónde se encamina nuestro futuro e influirán decisivamente en nuestro mundo. Sin embargo, si dejamos esta tarea únicamente en manos de los hombres, nos encontraremos con un gravísimo problema por dos razones fundamentales: estamos perdiendo el 50% del talento y, lo más importante, estos profesionales que decidirán cómo va a ser nuestro mundo tendrán una visión sesgada, planteándose problemas y soluciones desde una perspectiva completamente masculina.
No es cuestión de machismo ni feminismo, es puro pragmatismo. Hombres y mujeres pensamos diferente y tenemos percepciones del mundo distintas. Compartimos ciertos problemas e inquietudes, pero en muchas ocasiones nuestras prioridades son divergentes. Es por ello que resulta imprescindible la implicación de la mujer en esta revolución tecnológica que nos espera.
Debemos actuar ya, instando a nuestros gobernantes a que diseñen políticas que fomenten las carreras tecnológicas entre las mujeres. Es más, tenemos la obligación de inculcar en nuestro entorno más cercano, familia, amigos y conocidos, la idea de que las chicas son perfectamente válidas para la tecnología, que pueden decidir su futuro y tomar decisiones para construir un mundo mejor. Solo así conseguiremos que nuestras niñas participen de su propio destino, que será el de todos nosotros. Ellas deberán trabajar conjuntamente con los hombres para construir una sociedad más inclusiva, más justa, más igualitaria y, en definitiva, más humana. :
por Teresa Martín Valdivia
Directora del Secretariado de Investigación de la Universidad de Jaén