La Universidad de Granada vivió la semana pasada siete días de conflicto y negociación a raíz de que un grupo de aproximadamente cien estudiantes constituyeron una asamblea independiente de cualquier sigla y delegación estudiantil y ocuparon la biblioteca de la Facultad de Ciencias desde el jueves 9 de marzo bajo el nombre ‘Encierro UGR’.
Un movimiento, que surgía debido al fracaso de las pasadas huelgas estudiantiles, y que pretendía reivindicar al Rectorado de la UGR cinco puntos clave, votación vinculante para decidir las modificaciones del calendario de exámenes; facilitación de una acreditación del B1 gratuita, tanto en formación como en examen; que el profesorado proporcione el temario completo y gratuito, sin necesidad de imprimirlo obligatoriamente debido a la Ley de Propiedad Intelectual; ampliación del horario de las zonas de estudio, y finalmente, instauración de baños multigénero en las diferentes facultades como ya se hace en la Facultad de Bellas Artes.
Aunque parecía que no duraría mucho, el encierro no duró ni dos ni tres días, sino siete. Una semana completa sin poder utilizar la biblioteca de la mencionada facultad, lo que motivó que algunos estudiantes incluso pidieran firmas para que desalojaran a los ‘encerrados’ debido a que no podían realizar su trabajo diario en el centro, así como también el rechazo por parte de la Conferencia de Decanos y Directores de Centro de la institución granadina. :
Sin embargo, no fue hasta que la UGR y los estudiantes tuvieron más de diez reuniones, tal y como informó la propia universidad, que finalmente la asamblea decidió desalojar pacíficamente la biblioteca con un compromiso de “llevar a cabo gran parte de las propuestas que nos llevaron a encerrarnos”, añadiendo además que en los próximos días, Pilar Aranda, rectora de la institución firmaría el preacuerdo que se había pactado en la reunión final que la asamblea mantuvo con un equipo negociador especialmente enviado por la UGR. Además, expresaron también que a partir de este lunes 20 de marzo se comenzaran a reunir con José Antonio Naranjo, vicerrector de Estudiantes con el objetivo de crear un plan de trabajo mutuo entre la UGR y la Asamblea. :
Un segundo encierro de apenas unas horas
No obstante, a pesar de que los estudiantes abandonaron el centro bibliotecario el pasado jueves 16 de marzo tras una semana de reivindicación, otro encierro surgió en el aulario de la Facultad de Filosofía y Letras en “apoyo y reivindicación a los responsables de ‘Encierro UGR’”, expresaban los responsables, añadiendo además que surgían para “continuar la lucha que comenzó en Ciencias el pasado 9 de marzo de manera independiente a este colectivo”, expresaban.
Un segundo encierro que apenas duraría unas cuantas horas, y ante el que la UGR actuó tajante, declarando que “el equipo de gobierno de la Universidad de Granada en ningún momento admitirá coacción alguna, ni desprecio a los mecanismos y los órganos que los Estatutos de la Universidad de Granada establecen como garantía de gestión autónoma y democrática”, por lo que exigían “el desalojo inmediato de las instalaciones ocupadas”, reclamaban en un comunicado.
Los estudiantes encerrados en Filosofía y Letras expresaron que estaban a la espera de recibir respuesta por parte de los responsables de ‘Encierro UGR’ para decidir si abandonar o no el aulario. Así, finalmente abandonaron el aulario el viernes por la noche tras dialogar también con el Rectorado.
Aunque la UGR ha expresado que la “normalidad académica ha quedado restablecida”, insisten en que la institución y el equipo de gobierno están predispuestos al “diálogo con todos los integrantes de la comunidad universitaria”, concluían.