Un día después del debate electoral organizado por el Consejo de Estudiantes (CEUMA), dos de los candidatos a rector de la Universidad de Málaga (UMA), el catedrático de Fisiología y actual rector en funciones, José Ángel Narváez, y el catedrático de Lenguajes y Sistemas de la Computación y director de la E.T.S.I Informática, Ernesto Pimentel, se volvieron a sentar este viernes juntos para debatir ante la comunidad universitaria sobre sus propuestas de futuro para la institución académica. Esta vez, en la Sala Judicial de la Facultad de Derecho, ante miembros del personal de administración y servicios (PAS) y del personal docente e investigador (PDI).
Faltó a la cita el tercero de los candidatos inmerso en esta carrera por el Rectorado de la UMA, el catedrático de Comunicación Audiovisual y Publicidad, Miguel de Aguilera, que ya alegó hace días problemas de agenda.
Su ausencia fue referida por el moderador y por los otros dos rectorables al inicio del debate. “Yo no rehuyo el debate con la comunidad universitaria, no tengo miedo a compartir mis ideas con el resto de los candidatos, y por eso estoy aquí”, señaló Narváez. Mientras que Pimentel aseguró que él tampoco los rehuye, al tiempo que confesó que “me gustaría que estoy hubiera sido un debate a tres”. “Creo que tenemos la tarea pendiente de regular a través de la propia Junta Electoral debates en estos procesos”, dijo.
El encuentro estuvo organizado por la sección sindical de CCOO en la UMA y moderado por su responsable, Francisco Espadas, quien en el contexto de cuatro bloques específicos, iba lanzando una batería de preguntas concretas a los dos candidatos, de una temática variada, pero enfocada especialmente al ámbito laboral. :
Al finalizar, Narváez y Pimentel respondieron las preguntas que el público pudo formular por escrito. El debate transcurrió en un tono de absoluta cordialidad y buena sintonía entre los dos candidatos, que confrontaron de manera distendida las diferencias entre sus programas y que incluso bromearon entre sí en algún momento. En líneas generales, ambos plantean soluciones similares para los problemas de la Universidad, aunque el actual rector en funciones fue más preciso en sus propuestas.
Nuevo modelo de financiación
Los dos consideran necesario “revertir” la situación de deterioro de las plantillas y las condiciones laborales en los últimos años, y aseguraron que serán “beligerantes” al exigir la deuda que la Junta de Andalucía tiene pendiente con la UMA.
En materia de financiación, al ser preguntados por su “modelo ideal”, teniendo en cuenta que la Administración autonómica está diseñando uno nuevo, Pimentel indicó que lo importante es que el presupuesto de la institución sea “el suficiente” y que “se aspire a que se acerque al PIB del entorno en el que participa la Universidad”, en este caso la provincia de Málaga.
Narváez, por su parte, apostó por un modelo de financiación que prime menos el número de alumnos, y valore más los resultados. “Un modelo de financiación por resultados, pero no solo de investigación, sino sociales y de transferencia”, explicó. Además, con respecto a la propia UMA, abogó por que las cuentas estuvieran descentralizadas por centros.
La reforma del ‘3+2’
La posible implantación del denominado ‘3+2’ fue el único punto del debate en el que los candidatos mostraron sus diferencias de opiniones. Ambos expresaron su oposición a la reforma tal y como se plantea actualmente, pero con matizaciones.
A juicio de Narváez, es imprescindible una reflexión previa sobre cuánto tiempo se necesita para formar a un buen universitario. “Antes decían que eran cinco años en algunos casos, después que cuatro, y ahora resulta que tres… a quién vamos a engañar”, afirmó.
En este sentido, Narváez insistió en que se trata “simplemente de un debate economicista, de ahorro de recursos para el Estado”, y aseguró que si llega a ser rector de la UMA defenderá su “absoluta opisición” al ‘3+2’ en la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE). “Me da miedo a que alguien piense que esto puede ser una oportunidad”, apostilló.
Por su parte, Pimentel destacó que “el actual planteamiento es inaceptable” porque es “un recorte encubierto de la financiación de las universidades”. Pero sostuvo la necesidad de analizar los resultados de los grados actuales y de Bolonia, “sin renunciar a un 3+2 con grados y másteres, pero integrados”.
Condiciones laborales del PAS y el PDI
Con respecto a los problemas del PDI, el director de la E.T.S.I Informática incidió en que “tenemos que usar las figuras de contratación adecuadas para cubrir las necesidades que tenemos”. Además, señaló que no hay que pretender que el perfil del PDI sea “homogéneo” y que hay que acabar con la idea de que la docencia es “un castigo” para el profesor, reconociendo esta labor y permitiéndo que libremente cada uno eliga si potenciar más la docencia o la investigación. “Hay que tender a las 240 horas”, dijo.
En este punto, Narváez se comprometió a que en un plazo máximo de cuatro años todo el PDI estaría a 240 horas; propuso una nueva RPT para este colectivo, así como cambiar el Plan de Ordenación Docente (POD) para que se recoja cuál es la actividad que cada uno realiza. “Hacerla pública, transparente y accesible a todos, porque no tenemos nada que esconder”, afirmó.
Por último, sobre el PAS, el actual rector en funciones insistió en la profesionalización de este colectivo que “debe jugar un papel fundamental en la gestión universitaria”. Destacó la recuperación de los derechos, la incorporación de un plan de promoción, la funcionarización y la elaboración en un año de una nueva RPT “por competencias y grandes áreas”, como algunas de sus propuestas en este ámbito.
Pimentel explicó que su programa incluye un plan de formación específico para el PAS y un plan de promoción que incluya la carrera horizontal. Para invertir la situación laboral del personal de servicio y administración y recuperar la plantilla perdida, el candidato se comprometió a sacar una oferta de empleo público “al menos bianualmente”. Asimismo, Pimentel defendió que la nueva RPT venga acompañada de un catálogo de desempeño de funciones y que dé flexibilidad para resolver los problemas que van surgiendo.