Francisco Luis Córdoba Berjillos (Lucena -Córdoba- 1955) fue nombrado por el Gobierno de la Junta de Andalucía presidente del Consejo Social de la UCO a finales del pasado mes de noviembre, sucediendo a Anabel Carrillo, presidenta desde 2004. Licenciado en Periodismo y Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, Francisco Luis Córdoba es en la actualidad el director de Diario Córdoba desde finales de 2005, cargo al que llegó tras una larga trayectoria periodística que empezó en El Correo de Andalucía y en el propio Diario Córdoba, donde fue redactor jefe en los 80, además de presidente de la Asociación de la Prensa de Córdoba.
Posteriormente, puso en marcha como director fundador dos cabeceras en Cádiz (El Periódico del Guadalete y El Periódico de la Bahía), en 1990 asumió la dirección de los Servicios Informativos de la Junta, y entre 1997 y 2005 fue jefe de informativos de Canal Sur Televisión y subdirector de informativos de la RTVA. Además, también ha sido profesor asociado en la US y ha impartido cursos en la UNIA.
Tras cumplirse más de medio año al frente del Consejo Social de la UCO, reconoce en la siguiente entrevista con Aula Magna haberle sorprendido “el compromiso que tiene la Universidad de Córdoba con la innovación y la transferencia del conocimiento”, a la par que defiende que el Consejo Social debe tener más recursos e instrumentos de control y análisis sobre la gestión de la universidad. “No porque exista ningún tipo de recelo o desconfianza”, puntualiza.
¿Quién fue la primera persona que le planteó asumir la Presidencia del Consejo Social de la UCO? :
La primera persona fue el propio rector (José Carlos Gómez Villamandos), que tras realizar los sondeos que consideró oportunos, me planteó esta posibilidad. Los periodistas, en nuestro trabajo, siempre estamos demandando y esperamos de los distintos colectivos que asuman su responsabilidad social, así que cuando nos piden que seamos nosotros mismos los que asumamos responsabilidades, creo que debemos aceptarlas. Así que tras analizar la propuesta, acepté porque tampoco quería excusar esta responsabilidad.
Por su labor profesional, conoce lo que ha sido la UCO durante la última década, pero durante el tiempo que lleva al frente del Consejo Social, ¿le ha cambiado en algo la imagen que tenía de la UCO o ha descubierto elementos que antes le eran desconocidos?
Por un lado, la imagen que tenía sigue siendo la misma. La UCO tiene un prestigio alcanzado con elementos como el Campus de Excelencia Internacional Agroalimentario CeiA3, la gran calidad de la investigación que genera y su propia dimensión académica, que es referente en toda Andalucía, y que la coloca en el furgón de cabeza del sistema universitario andaluz. Por otro parte, sí me ha sorprendido el compromiso que tiene la UCO con la innovación y la transferencia del conocimiento hacia la sociedad, orientada siempre a la búsqueda de la creación de empleo. Un objetivo que también comparte y se potencia desde el Consejo Social. En cualquier acto en el que he tenido ocasión de participar como presidente del Consejo, siempre me he encontrado en la UCO con gente comunicativa, que desarrolla proyectos, con sentido de la responsabilidad y con voluntad de diálogo.
¿Y qué visión tiene del papel que debe jugar el propio Consejo Social de la UCO?
Creo que todavía hay que hacer un mayor subrayado en el enfoque integrador entre el Consejo Social y la propia universidad, alcanzar una mayor cohesión. El Consejo Social tiene una responsabilidad mayor, regulada por ley, de lo que inicialmente pensaba, y creo que hay que romper cierta inercia formal para que, dentro del respecto protocolario que hay y debe mantenerse, se reconozca aún más la importante del papel que tiene el Consejo Social, en aspectos como la aprobación del propio presupuesto de la universidad, el diseño del mapa de titulaciones o el control de cuentas. Y esto pasa también por tener más recursos y mecanismos de control y análisis.
Consejos Sociales como los de las universidades de Oviedo o Las Palmas cuentan, por ejemplo, con sus propios instrumentos de auditoría, independientes de la propia universidad.
En el caso de la UCO, esto se viene resolviendo gracias a la buena predisposición que muestran los responsables de la universidad, pero es una cuestión en la que debemos avanzar. No porque exista ningún tipo de recelo o desconfianza respecto a nadie, pero el Consejo Social tiene una responsabilidad establecida por ley, y hay que asumirla y cumplirla de la mejor manera posible, ya que puede haber errores por parte de todos. En este sentido, creo que los Consejos Sociales de las universidades andaluzas debemos tener homogeneidad también en cuanto a recursos para poder ejercer nuestra función.
Desde la UCO se está trabajando actualmente en la reforma de sus Estatutos. Además de las propias funciones que marca la ley para los consejos sociales, y que estos Estatutos no pueden cambiar, ¿deberían incorporarse cambios en el apartado que los Estatutos dedican al Consejo Social?
Para analizar el tema de la reforma de los Estatutos tengo pendiente aún una reunión con el rector. En todo caso, desde el Consejo Social queremos crecer en reconocimiento y recursos.
Volviendo a la necesidad de creación de empleo que antes citaba, entre los objetivos del Consejo Social se encuentra mejorar la empleabilidad del alumnado y de los egresados universitarios. El último estudio de la UCO disponible (II Estudio Universidad y Empleo de los egresados de la UCO, presentado en octubre de 2014) señalaba una tasa de ocupación de los egresados del 57,6%, con aumento del subempleo y la precariedad, y una tasa de paro del 42,4%. Por encima del propio contexto de crisis económica, ¿a qué achacaría este alto índice de paro en el caso de Córdoba, y qué medidas podrían ponerse en marcha para solucionarlo?
Obviamente, en el nivel de paro el contexto socioeconómico también afecta, y en este sentido el contexto general de Córdoba y su provincia viene registrando muchas dificultades. No es una cuestión que dependa tan sólo de la universidad, aunque creo que hay que afinar en que los Grados y titulaciones que se imparten vayan más en relación con lo que demanda el mercado laboral. Desde el punto de vista del Consejo Social, desde este órgano venimos promoviendo y participando en muchas actividades relacionadas con el emprendimiento, por ejemplo, pero para analizar su validez o plantear nuevas propuestas no sólo tenemos que basarnos en las estadísticas de participación, sino también en los propios proyectos que finalmente se han generado a raíz de estas actividades.
La Universidad tiene que orientar aún más su formación al mercado laboral, y para ello es necesario una vuelta de tuerca más e imaginación.
En esta línea, pueden ser interesantes iniciativas como la que hemos comenzado a trabajar desde el Consejo Social de la UCO con los Colegios Profesionales de la provincia, con el fin de orientar la oferta de Másteres y formación más especializada hacia lo que se necesita y las empresas y la sociedad demanda.
De igual manera, impulsar las relaciones Universidad-Empresa es uno de los cuatro objetivos del Plan Anual de Actuaciones 2016 del Consejo Social. Un tema nada nuevo en el debate universitario español, pero ¿qué cree que ha faltado hasta ahora para que esta relación sea más estrecha en el caso de Córdoba y su universidad?
Como presidente del Consejo Social aún no tengo una opinión completamente formada al respecto. Estas relaciones se han promovido desde la propia UCO y desde entidades como Fundecor (Fundación integrada por la UCO, la Diputación Provincial de Córdoba y Cajasur); pero es un proceso que requiere tiempo. Tiempo para que también las empresas perciban y asuman que parte de su responsabilidad social corporativa puede pasar por la universidad. Y no sólo por la UCO, ya que también la Universidad Loyola Andalucía creo que está contribuyendo a abrir este camino.
Otro objetivo: transparencia y excelencia en la gestión universitaria, punto relacionado con las normas de gobierno de las universidades. En la etapa del ministro Wert el Gobierno intentó poner en marcha una reforma del sistema universitario que modificaba, entre otros temas, este punto. Como presidente del Consejo Social de la UCO, ¿cambiaría algo en el cómo se articula actualmente el Gobierno de la universidad?
Más que en el ámbito orgánico, creo que la universidad española, en general, debería pensar más en clave estratégica, y en el caso de la UCO en este tema entran en juego ahora, por ejemplo, los nuevos Estatutos y el II Plan Estratégico 2016-2020 que actualmente se están elaborando. En la reforma que el ministro Wert quiso poner en marcha, y en asuntos como el 3 + 2, este Gobierno, como todos los Gobiernos anteriores, han caído en la precipitación. El sistema universitario español necesita una mayor cohesión y diálogo entre los distintos partidos, que deben entender que la estrategia de futuro de la universidad española necesita no ya un libro blanco, sino un compromiso público real y mantenido en el tiempo. De cara a un futuro en el que, entre otros aspectos, el papel de la enseñanza virtual va a ser una de las claves.
Respecto al II Plan Estratégico de la UCO, ¿cuál sería su principal sugerencia o aportación de cara a este Plan?
Desde el Consejo Social queremos hacer un propio informe sobre este Plan. En todo caso, todavía hace falta esperar a que el Plan se vaya concretando, y que también el Comité de Expertos externo que se ha creado (presidido por la secretaria del Consejo Social de la UCO, Julia Romero, por delegación del propio presidente) vaya avanzando en sus conclusiones.
Por cierto, ¿echa de menos a alguien, como persona o representando a determinado sector, en este Comité de Expertos?
Quizá se podría haber abierto el abanico a más mujeres, y quizá hay una redundancia de representantes del área económica, aunque en este caso, por la propia filosofía y objetivos del Plan, esta presencia está más que justificada.
Dentro de las actividades que el Consejo Social ha venido desarrollando este curso en materia de orientación laboral, emprendimiento, premios, etc.; ¿qué iniciativa resaltaría como más destacada o novedosa?
Todas son importantes, pero me ha sorprendido la de la Comunidad #WeHealth (comunidad impulsada el pasado año por el Consejo Social que busca aplicaciones y soluciones que mejoren la salud o los hábitos de vida en el sector de los smartwatches y wearables) por las aportaciones que se generan.
¿Novedades de cara al curso que viene?
Además de continuar con las distintas iniciativas puestas ya en marcha, el objetivo es mejorar el papel institucional y la visibilidad del Consejo Social. A ello contribuirán los actos de conmemoración del 30 aniversario de la creación del Consejo Social de la UCO, que vamos a organizar para el primer trimestre del curso, con un acto central a finales de octubre en el marco del Foro de los Consejos Sociales de las Universidades Públicas de Andalucía. En este acto central, y entre otras intervenciones, queremos contar con una conferencia de nivel que aporte cuestiones de interés en torno al tema del control económico y responsabilidad de los Consejos Sociales. Asimismo, veremos si es interesante que el Consejo Social elabore su propio plan estratégico.
En la última reunión del Consejo Social de la UCO del 29 de junio, donde se aprobó la liquidación del presupuesto de la universidad de 2015, se señaló la necesidad de retomar el Plan de Captación de Recursos de la Universidad promovido por el propio Consejo “para incrementar la financiación y diversificar sus fuentes”, según se informó tras la reunión.
Efectivamente, en este Plan queremos poner mayor ahínco y con él pretendemos una mayor implicación de las empresas, potenciando la transferencia del conocimiento desde la universidad.
Y hablando de planes y estrategias, ¿qué importancia para la Universidad considera que deben tener los famosos, y a veces controvertidos, rankings universitarios?
Los rankings son importantes para tener una imagen de cada universidad y también para captar alumnos. Sin obsesionarse con ellos, deben ser tenidos también en cuenta como un factor interno de estrategia, en sentido positivo, en la medida en que los rankings obligan a mejorar y contribuyen a generar un plus de responsabilidad. En todo caso, y por encima de la buena posición que la UCO viene ocupando en estos rankings, creo que Córdoba está orgullosa de su universidad, y que la UCO tiene un gran reconocimiento institucional y proyección pública.
¿Se ha abordado recientemente en el seno del Consejo Social de la UCO cuestiones como el futuro del Parque Científico Tecnológico de Córdoba Rabanales 21?
A nivel institucional no. La Presidencia de Rabanales 21 es de la UCO, y a la Universidad le corresponde defender sus intereses en este proyecto. En todo caso, actualmente este proyecto se encuentra en un tiempo de análisis y de valoración del cambio de clima, también desde las instituciones, que se ha registrado para ver la viabilidad del proyecto. En los últimos 2 ó 3 años ha cambiado el clima institucional y económico en torno a Rabanales 21, así como el interés por parte del Ayuntamiento de Córdoba, que puede ser positivo.
En las últimas fechas también se habla de un posible incremento en la participación que la Junta tiene en el accionariado del Parque.
Sin entrar en este aumento porcentual en cuestión, una mayor implicación de las administraciones siempre es positiva desde un punto de vista conceptual.
¿Cree que lo peor de la crisis económica ha pasado para la Universidad?
Además de verse afectada por el propio contexto económico, como todos los sectores, todavía persisten factores negativos en la universidad, como la deuda pendiente que aún mantiene la Junta, problemas puntuales de liquidez y tesorería, etc. Creo que para paliar todos estos temas desde la UCO se viene haciendo un buen trabajo, y aunque quizá ya no hay urgencias en cuestiones como la liquidez, la situación tampoco es aún de desahogo.
De cara al futuro, tanto la UCO como la Universidad Loyola Andalucía promovieron en 2015 el proyecto de ciudad Córdoba, Ciudad del Conocimiento, que parece haberse estancado. ¿Cree que es interesante?
Actualmente, en la sociedad cordobesa estamos en un proceso de definición de lo que debe ser la marca Córdoba, con vistas a desarrollar un modelo de ciudad y de futuro. En este contexto, el proyecto de Córdoba como ciudad del conocimiento no es incompatible con nada, y en conjunción con otros sectores claves en Córdoba, como el turismo, creo que el conocimiento está dentro de los 4 ó 5 pilares que pueden vertebrar el futuro de Córdoba. En todo caso, desde el Consejo Social de la UCO, como creo que desde otras entidades y desde la propia sociedad, estamos abiertos y expectantes ante cualquier iniciativa de futuro que se plantee, venga de donde venga.
Por último, ¿por dónde cree que pasa el futuro de la UCO? Por una universidad líder en investigación, una universidad más especializada y reducida, una universidad volcada al sector productivo…
Creo que su futuro corresponde definirlo a la propia UCO, aunque el camino ceo que está bien encauzado, y el II Plan Estratégico marcará las líneas a seguir en los próximos años. En todo caso, creo que este debate no debería afectar a su propia dimensión, que debería al menos mantenerse en los niveles actuales, ya que pienso que la UCO no debe ir a una dimensión a la baja.