Con estas líneas vamos a hacer un homenaje a todas aquellas personas que luchan por seguir formándose a pesar de discurrir por un camino no exento de dificultades.
Uno de nuestros lectores ha querido contactar con este periódico para que le informemos en cómo obtener la prestación por desempleo. Su particular situación nos regaló el texto que sigue y, que ahora, lo hacemos llegar a todos vosotros.
Por circunstancias personales, una vez comenzado su primer curso universitario (no menciona la carrera) tuvo que abandonar sus estudios y ponerse directamente a buscar empleo. La grave economía familiar hizo que tuviera que tomar esta decisión. Por suerte, encontró trabajo, pero después de año y medio, su empresa lo despide como a tantos otros compañeros.
En cambio, según nos cuenta, la situación de su casa ha mejorado y es ahora cuando desea retomar sus estudios. Pretende costearlos con la prestación por desempleo que pueda corresponderle por el tiempo trabajado. Nos pregunta qué plazo tiene para solicitarla.
Independientemente de que nos concrete o no cuándo fue despedido, dato de gran relevancia como veremos a continuación, está claro que se encuentra en una situación de desempleo, en paro, y deberá seguir los siguientes pasos:
1- Inscribirse como demandante de empleo en la oficina de empleo.
2- Solicitar la prestación, y esto es muy importante, en el plazo de los quince días hábiles siguientes a la fecha en que cesó en el trabajo.
3- Hay que considerar la fecha del apartado anterior, la del cese, porque si la prestación objeto del debate no se solicita en ese plazo, se la concederán pero perderá aquellos días de prestación transcurridos entre la fecha en que hubiera nacido ese derecho y la fecha en la que realmente presente la solicitud, ya fuera de plazo.
Suponiendo que efectivamente cumple todos los requisitos previos para ello, tampoco debe olvidar cumplir con la obligación de mantener esa demanda de empleo durante todo el tiempo en el que esté cobrando la prestación, así como acreditar la disponibilidad de buscar empleo de manera activa, es decir, firmar el llamado compromiso de actividad.
Desde aquí, desearle nuestra suerte a este consultor en su retorno a la formación universitaria, no sin antes mencionar una de las citas de Nelson Mandela y que a mí tanto me gusta: “La educación es el gran motor del desarrollo personal. Es a través de la educación como la hija de un campesino puede convertirse en una médica, el hijo de un minero puede convertirse en el jefe de la mina, o el hijo de trabajadores agrícolas puede llegar a ser presidente de una gran nación”.
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