

Rocío García: “No hay trabajo que mejor se aprenda que haciendo prácticas”
Rocío García, a sus 24 años, es graduada en Educación Primaria de Atención a la Diversidad por la Universidad de Granada y actualmente cursa el máster en Comunicación Social de la Universidad de Almería. Un título de posgrado, con dos ramas, del que ha elegido el itinerario profesionalizante por su parte práctica en empresas. Y es que, tal y como ella misma asegura,
“Pensé que las prácticas eran la mejor idea porque no hay trabajo que mejor se aprenda que haciendo prácticas”.
Una puesta en escena de lo aprendido en clase que, en un futuro próximo, le servirá para acceder al mercado laboral pues compagina el máster con la preparación de unas oposiciones. Prueba para la que “me viene muy bien aprender a hablar en público, no tener vergüenza y no sonrojarme”. Pautas y comportamientos que el máster le está enseñando y “a la hora de dar el gran paso, me va a venir muy bien”, asegura.
En este sentido, aunque ya se encuentra haciendo sus prácticas en el periódico ‘La Voz de Almería’, la idea de Rocío García no es exactamente la de abrirse una puerta en el mundo del periodismo; sino utilizar la experiencia en comunicación para saber cómo relacionarse y hablar con la sociedad en general, puliendo así sus dotes, a la par que hacer nuevos contactos, tanto personales como profesionales.
Crecimiento personal
Por supuesto, aunque su meta está fijada en la Educación, saber comunicarse juega un papel muy importante ya que “la comunicación no se basa en instituciones ni en conexiones, sino que son personas”. Es por ello que, con unas prácticas, “aprendes valores y conoces a mucha gente nueva, aparte de un trabajo”; y encima “me lo paso muy bien”, comenta Rocío García con una sonrisa en la cara.
Experiencia que le aporta “muchas cosas positivas”, confiesa, gracias a las distintas asignaturas del máster y a su periodo de prácticas -con el que está poniéndose a prueba a sí misma-. Y con la que espera “ser una gran comunicadora” pues, desde su perspectiva de la enseñanza,
“Me va a ayudar a seguir siendo mejor docente y aprendiendo cada día más”.
Por otro lado, un ‘pero’ del máster para Rocío sería la poca duración del periodo práctico pues, con apenas un mes, “cuando realmente vamos a estar enganchados a saber lo que tenemos que hacer, cuando ya tengas ese hábito cogido, nos vamos a tener que ir y la cosa se va a quedar con sabor agridulce”, comenta. Aún así, sumando la parte teórica y práctica de este posgrado, Rocío García está segura de que “cuando lo terminemos vamos a ser buenos profesionales en lo nuestro” y “vamos a usar mucho los conocimientos adquiridos”.
Un aprendizaje para su futuro, en todos los aspectos, fruto de un máster en la UAL que, a raíz del ‘Caso Cifuentes’ “se ha deteriorado mucho la imagen, ‘todo el mundo puede conseguir un máster’ y hay mucho cachondeo”, señala. Y aunque “hoy en día un máster ya no es lo que era”, abre las puertas por tenerlo en el Currículum aunque no garantiza un trabajo pues “importa lo que tú luego demuestres”.