Presidente de la Junta de Andalucía desde 1984 a 1990, José Rodríguez de la Borbolla formó parte de la firma del Pacto de Antequera en 1978, tras 40 años de la efeméride pudimos hablar con él y conocer de primera mano su visión sobre los que fueron primeros pasos en la Autonomía de Andalucía durante las Jornadas El compromiso del pueblo andaluz, celebradas en Antequera este mes de octubre.
Con la visión de alguien que ha vivido los momentos históricos más importantes de la región, Rodríguez de la Borbolla no teme ya la censura ni retrocede ante ningún tema. Desde una perspectiva andaluza y defendiendo su trabajo por “toda la ciudadanía”, repasó la actualidad española acercando a este medio sus impresiones sobre los primeros pasos del Sistema de Universidades en Andalucía.
Tras 40 años ¿qué significa para usted estar celebrando el aniversario del Pacto de Antequera de nuevo en la ciudad?
Es un día emocionante porque supone rememorar un trabajo serio que hicimos en el pasado. Fue un trabajo serio porque logramos ponernos todos los partidos políticos andaluces de acuerdo para avanzar en el modelo de autonomía andaluza y en el modelo de Estado para España.
¿Qué considera que los políticos actuales pueden aprender del Pacto de Antequera?
En la política actual muchas veces se tiende más a señalar la diferencia que a buscar los acuerdos. Se tiende más a señalar el perfil propio que a pensar en la solución a los problemas de la gente. Una cosa es definir el propio perfil y la otra es buscar soluciones para los problemas de los ciudadanos. Mientras uno está definiendo su perfil la vida sigue corriendo y se desaprovechan oportunidades y hay muchas cosas que no se hacen. Con ese tipo de política que va buscando cuál es el sitio de cada político en el mundo no vamos a ningún sitio.
¿Qué cree que Andalucía tenía de diferente para conseguir que 11 partidos políticos de diferentes ideologías se unieran?
Era el momento, era necesario y se tomó consciencia. El momento histórico exigía capacidad de respuesta para construir un modelo de estado conjunto e integral, porque no estábamos pensando en un modelo solo para Andalucía sino para toda España, por el mismo camino y no por el del 151, queríamos la autonomía plena. Al final todas las comunidades autónomas actuales tienen un mismo rango, un mismo nivel de competencias y un nivel de recursos y financiación digamos ajustado a la globalidad, y por lo tanto los ciudadanos son más iguales, que es lo importante: buscar la igualdad de los ciudadanos y la solidaridad entre todos los territorios de España. Esto está más garantizado hoy que si no hubiera habido Pacto de Antequera.
Ha hablado usted del 151 y de solidaridad, aún así Andalucía sigue siendo una de las Comunidades más minusvaloradas a nivel político y a nivel autonómico ¿Qué se puede hacer contra esto?
Lo primero que se puede hacer es transmitir la realidad de los hechos. Las cuentas se hacen sobre parámetros que no son los únicos valorables. Por ejemplo, Andalucía desde 1980 para acá ha creado proporcionalmente más empleo que España y más empleo que Cataluña, proporcionalmente, en términos absolutos. Hemos crecido más en población activa y en población activa femenina… todas estas cosas suman y esas cuentas normalmente no se presentan y eso significa que hay más trabajo ahora que el que había antes, pero más y más en proporción, y eso comparando con España. Si por ejemplo miramos a Italia, hemos creado desde 1990 para acá más empleo en proporción que el porcentaje de empleo que se ha creado en Italia. El porcentaje de empleo creado en Andalucía es mayor que el creado en el Sur de Italia, que era con quien nos comparábamos desde la entrada en la Unión Europea. Hemos superado a aquellos con quienes nos mediamos en Europa, superando nuestra posición relativa. Y si se mira los depósitos bancarios en Andalucía, que algo reflejan, el dinero en manos de la gente, hemos crecido más proporcionalmente que Cataluña y más que el País Vasco. Hay más riqueza en Andalucía, ¿qué pasa entonces? Que también es real la economía sumergida, habría que resaltar que seguramente en Andalucía hay un porcentaje de economía sumergida bastante importante, lo cual no es solo una realidad que haya que pensar desde la persecución fiscal sino que es una realidad económica.