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29 marzo, 2024
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UJA avanza en la detección precoz de trastornos mentales en jóvenes

La Universidad de Jaén desarrolla el proyecto ‘Big Hug: Inteligencia artificial para la protección de las sociedades digitales’.  Se trata de un estudio de inteligencia artificial capaz de avanzar en la detección precoz de trastornos mentales entre adolescentes y jóvenes.

Más de un centenar de jóvenes de edades comprendidas entre los doce y 18 años, participan en la investigación que combina tecnologías del lenguaje con la psicología con el fin de desarrollar herramientas capaces de detectar de manera temprana problemas de salud mental en las redes sociales.

El investigador del Departamento de Informática de la UJA y miembro del grupo de investigación Sinai Arturo Montejo lidera el equipo que estudia modelos de inteligencia artificial capaces de identificar y prevenir comportamientos de riesgo para actuar en consecuencia.

Este trabajo se sustenta en diferentes estudios que confirman los efectos nocivos de las redes sociales entre la población más joven y que se agudizaron en los meses de emergencia sanitaria por la covid-19.

“Durante la pandemia hemos llegado a duplicar el tiempo que pasamos en las redes sociales, sobrepasando el límite aconsejable por la Organización Mundial de la Salud (OMS). De hecho, tras la pandemia, el suicidio ya es la primera causa de muerte entre los jóvenes, en concreto, entre los 15 y 29 años. En España se producen diez suicidios al día, es decir, mueren por suicidio el doble de personas que por accidentes de tráfico”, afirma.

Ha añadido que este proyecto se centra en el diseño de algoritmos que permitan detectar, a través de las interacciones en las redes sociales, comportamientos que alertan sobre la existencia de determinadas patologías o trastornos mentales.

“En estos momentos, estamos enfocados en trastornos de ansiedad, depresión, ideas suicidas, ciberacoso, adicción al juego o trastornos alimentarios (bulimia y anorexia) y en la capacidad de recabar información para generar herramientas que sean efectivas para que los jóvenes puedan seguir disfrutando de Internet con seguridad y privacidad”, ha comentado el coordinador del proyecto.

La constatación de estos trastornos ha llevado tanto a las familias como a expertos en la materia a reclamar un plan en redes sociales que avance en la detección precoz de conductas extrañas que, si no se tratan a tiempo, pueden derivar en problemas graves de salud.

Aprendizaje supervisado

El proyecto Big Hug de la UJA está financiado por el Plan Andaluz de Investigación, Desarrollo e Innovación de la Junta de Andalucía (Paidi-2020), cuyo objetivo es ayudar en la detección precoz de problemas emocionales en adolescentes y que se desarrolla durante los años 2021 y 2022.

Se apoya en el procesamiento del lenguaje natural, una de las ramas más destacadas en inteligencia artificial, mediante una estrategia denominada ‘aprendizaje supervisado’. Es decir, se dota a los ordenadores de la capacidad de discriminar e identificar patrones sobre las comunicaciones de personas ya diagnosticadas que permitan, a partir de varios mensajes, lanzar una señal de alerta, de forma que se pueda establecer la detección precoz de un trastorno determinado.

Una vez evaluados los algoritmos, el equipo de la UJA planea una segunda parte del proyecto que consiste en la capacidad de diseñar y desarrollar una tecnología con la que ayudar más y mejor a los jóvenes y a sus familias.

En esta segunda parte, la investigación proyecta la creación de aplicaciones capaces de identificar situaciones de riesgos antes de que éstas supongan una grave amenaza. Estas aplicaciones pueden ir desde la instalación de herramientas de supervisión parental en los dispositivos de los jóvenes, siempre con su conocimiento, al uso de ‘bots’ o agentes conversacionales (asistentes virtuales) capaz de empatizar y de recabar pistas sobre el estado de salud mental del usuario.

El profesor no ha descartado que todas estas técnicas puedan integrarse en una única solución informática que sea viable desde el punto de vista tecnológico y práctico. “No solo podemos desarrollar algoritmos y hacerlos funcionar en el ordenador, sino que tenemos que encontrar una aplicación factible para que esos padres o jóvenes puedan activar mecanismos para autoevaluarse”, ha indicado.

Transferencia

El siguiente sería hacer efectiva esa transferencia tecnológica a la sociedad, “bien como producto financiado por una institución pública o a través de una empresa privada”.

Este proyecto está liderado por el grupo de investigación Sinai (Sistemas Inteligentes de Acceso a la Información) de la Universidad de Jaén, especializado en el estudio de las Tecnologías del Lenguaje Humano (HLT), también conocidas como Lingüística Computacional.


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