La exposición de las células de nuestro organismo al ácido perfluorooctanoico, un contaminante químico de amplia distribución, podría contribuir a la creciente aparición de algunas patologías, según argumenta un equipo de investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) en la revista Environmental Pollution.
El equipo formado por Ana Peropadre, Paloma Fernández Freire, José Manuel Pérez Martín y Mª José Hazen, del Departamento de Biología de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), emplea modelos celulares para evaluar las respuestas a nivel celular que produce la exposición a contaminantes emergentes.
En su último trabajo, el equipo analiza los efectos sobre la línea celular HeLa del ácido perfluorooctanoico (PFOA), un compuesto perfluorado muy estable cuyo uso está asociado a revestimientos antiadherentes e impermeabilizantes presentes en numerosos objetos de nuestra vida cotidiana.
Los resultados, publicados en la revista Environmental Pollution, indican que la interacción del PFOA con las células produce un efecto citotóxico que no es reversible, al menos tras un periodo de recuperación de 2 días. :
Entre los cambios observados, destaca la presencia de burbujas en la membrana plasmática, que es la estructura que rodea la célula y permite la comunicación con su entorno. “A pesar de que el fenómeno se asocia con cambios fisiológicos relevantes e incluso con la muerte celular -explican los investigadores-, en este caso la presencia de estas burbujas se corresponde con la activación de proteínas implicadas en mecanismos de reparación de la membrana plasmática, como la anexina A1.”
De acuerdo con el trabajo, el conjunto de alteraciones se explica por las características del compuesto, el cual tiene la capacidad de incorporarse en la membrana plasmática de las células y permanecer en ellas aun cuando ha sido retirado del medio de cultivo.
En juicio de los autores, “la permanencia del compuesto asociado a las células una vez finalizada la exposición refleja la relevancia que pueden tener sobre la fisiología celular la presencia de contaminantes emergentes en nuestro entorno”. Además, han enfatizado que “paulatinamente, estos compuestos podrían ir incorporándose a nuestras células y provocar cambios en su funcionamiento. Aunque aparentemente no producen un daño masivo, estas interferencias podrían contribuir a la mayor susceptibilidad del organismo a patologías relevantes para la salud actual de las poblaciones humanas”.
Contaminantes emergentes
Uno de los principales objetivos actuales de la investigación en toxicología es determinar si la presencia de compuestos químicos en nuestro entorno puede estar influenciando la aparición de patologías en auge, como la diabetes o el alzheimer.
Todas las poblaciones humanas se encuentran hoy en día expuestas a concentraciones bajas de un grupo de compuestos conocido como contaminantes emergentes (CEs). Esta exposición es consecuencia de nuestro modo de vida y del uso de productos de consumo habitual: plásticos, cosméticos, dispositivos electrónicos, aditivos, fármacos, etc.
La preocupación por el contacto con estos productos se ve reflejada en la reciente incorporación del término “exposoma”, que hace referencia al conjunto de exposiciones ambientales a las que se ve sometida una persona, desde el momento de la concepción y durante toda su vida. Por tanto, el exposoma será diferente en cada caso, poniendo de manifiesto la complejidad del “cóctel” único de químicos para cada individuo y sus potenciales interferencias con la salud.