La Universidad de Málaga ha llevado a cabo un estudio pionero en toda Europa relacionado con el uso del teléfono móvil. En una época en la que este artilugio tecnológico ha pasado a ser, en muchas ocasiones, una extensión más de las personas, la UMA ha decidido analizar el problema que supone para los jóvenes la ausencia de este durante un período de larga duración.
Concretamente, el estudio llevado a cabo por los profesores Pedro Farias y Bernardo Gómez, se ha encargado de analizar la situación de 97 voluntarios de entre 15 y 24 años, con el fin de conocer el uso informativo de las redes sociales en este rango.
Durante tres semanas se ha monitorizado el uso del móvil de todos ellos. En una de estas tres semanas, además, aceptaron estar desconectados por completo del teléfono y reflejar sus impresiones en un diario, así como contestar encuestas semanales. Pero el fin de este experimento va mucho más allá. También se busca estudiar la credibilidad de las noticias que reciben por las redes sociales y que forman parte, casi en exclusiva, de su dieta informativa. De ahí la necesidad de conocer su comportamiento ante el uso permanente del dispositivo.
En este proyecto, iniciado en 2020, participan la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad Miguel Hernández de Elche y varios socios internacionales como la Universidad de Viena y la Universidad de Beira Interior (Portugal). :
Durante la primera semana de estudio, los jóvenes usaron su teléfono móvil con normalidad. Ahí se demostró que su uso medio se elevaba a las cinco horas diarias. Cuatro de esas cinco, se dedicaron en exclusiva al uso de redes sociales, con WhatsApp a la cabeza, seguido por Instagram y TikTok.
Los siguientes siete días fueron los que estuvieron privados de sus teléfonos. Las sensaciones a este respecto las describieron con términos coo “incomodidad, ansiedad, inseguridad e incluso dependencia“. Sí es cierto, que algunos también hablaron de liberación.
Así lo manifiestan varios participantes: “Tenía necesidad de tener el móvil cerca. Tenía ansiedad si estaba lejos. Me tranquilizaba solo con tenerlo cerca”. “He tenido más ansiedad que cuando intento dejar de fumar”. “Ver a todo el mundo con el móvil en el transporte público me creaba necesidad de usarlo”. En la tercera semana, una vez recuperado el teléfono, se comprobó si había aumentado o disminuido el tiempo de uso y, especialmente, el consumo de información y entretenimiento.
Lo que ocurrió tras esta semana, ciertamente, no sorprende. Los jóvenes volvieron a unos niveles muy similares de consumo en torno a las cinco horas, como antes del experimento. No obstante, sí que admitieron todos que la abstinencia les sirvió para darse cuenta de su enganche al teléfono y de que toda su vida está ligada a su dispositivo. Además la mayoría concluyó que el móvil les resta tiempo y en muchas ocasiones les priva de relaciones familiares en casa.
Otros incluso vieron mejorado su rendimiento en cuanto a los estudios: “Me ayudó un montón el estar sin móvil; hice todos los trabajos en menos tiempo“. La lectura también se fomenta si no se utiliza el dispositivo: “He conseguido leerme un libro completo. Hace seis años que no leía un libro por placer”. ¿Y la relación con los compañeros? “El no tener móvil me ha perjudicado mucho, sobre todo en los trabajos en grupo. No poder comunicarme con mis compañeros me agobiaba”.
Este estudio, que concluirá a finales de 2023, centra buena parte de su atención en el acceso a la información que reciben los jóvenes vía móvil. Algunos voluntarios del experimento comentaron en sus diarios, encuestas y entrevistas sobre la forma de conocer las noticias: “Gracias al móvil las noticias llegan a ti y tú no tienes que buscarlas”. “¿Comprar el periódico? No sirve de nada comprar algo que ya ha pasado y que en la web está la última hora“. “Al estar sin móvil y tener que entrar directamente en las webs, sí que me obligaba a buscar, leer… y me he sentido más informada”. Estos datos se completarán con 3 encuestas nacionales a más de 3.000 jóvenes de toda España y numerosos grupos de discusión en seis colegios, institutos y universidades.