La Universidad tienes tres misiones fundamentales: docencia, investigación y transferencia de conocimiento. Las tres están necesaria e íntimamente vinculadas. Una docencia de calidad exige una investigación sistemática para conocer el progreso de la ciencia y poderlo transmitir a los estudiantes. La transferencia de conocimiento requiere, por su parte, una investigación de excelencia, que permita situar a la sociedad en los mayores estándares de progreso y proyección.
En este contexto, durante este último año, el Gobierno andaluz ha puesto todo su empeño a través de la reactivación y creación de líneas de ayudas dirigidas al impulso de la I+D+i, todo ello por valor de más de 230 millones de euros. Con ellas se podrá desarrollar proyectos de I+D, adquirir infraestructuras científicas, captar talento investigador o desarrollar actuaciones en materia de transferencia.
Este ímprobo trabajo se sustenta en una premisa clara: somos conscientes del enorme valor, en términos de rentabilidad, que tiene la apuesta por la I+D+i. Rentabilidad en la mejora de la calidad científica de nuestros centros de investigación y universidades, pero también en el progreso económico y social gracias al compromiso que nuestras instituciones tienen con la transferencia de conocimiento.
La división de competencias en materia de universidades e investigación en el Gobierno central es una mala noticia. La separación ocasionará un inevitable perjuicio para éstas, pues supone una fragmentación de recursos y puede generar un enfrentamiento en la negociación presupuestaria.
La fórmula andaluza funciona. Aquí, universidad, investigación y transferencia están unidas en una misma Consejería. En Andalucía nuestros retos son otros: trabajamos por la excelencia académica e investigadora bajo la premisa del diálogo y el consenso. Queremos contar con científicos de primer nivel. Queremos que los investigadores que no hayan podido ejercer en su tierra vuelvan. Queremos también atraer a los mejores investigadores de otras partes. Queremos que se reconozca (financieramente incluso) la excelencia de las universidades públicas. Queremos dotar de la más moderna tecnología a nuestros laboratorios y centros de investigación. Queremos fomentar las vocaciones STEM entre nuestras estudiantes desde edades tempranas. Y lo hacemos sin perder de vista que, como gestores públicos, tenemos la obligación de servir, desde la ciencia, la Universidad y la transferencia de conocimiento, al ciudadano.
Por Pablo Cortés Achedad
Director General de Investigación y Transferencia del Conocimiento de la Junta de Andalucía