La pasada semana la UAL abrió la puerta a un fin de semana completamente tecnológico con la charla que el ponente Dan O’Riordan, de IBM Francia, realizó en el Aulario IV del campus donde habló sobre el Internet de las cosas (IoT), una nueva tendencia tecnológica que aboga por la interconexión de los objetos cotidianos mediante la red de redes, y la gestión integrada de datos en la nube.
Esta fue la primera conferencia del programa que, horas más tarde, daría paso al maratón de hacking (Hackatón 2015) llevado a cabo en la Escuela de Artes de Almería donde un total de 60 participantes divididos en 15 grupos, entre los que se encontraba un gran número de alumnos de la Universidad de Almería, lo único que hicieron durante 28 horas seguidas fue trabajar sin descanso, salvo para comer e ir al baño, con el fin de desarrollar desde cero sus proyectos de temática social enfocadas al IoT.
Este evento, que arrancó la mañana del sábado para acabar a las 11 horas del domingo y poner a prueba el talento y la capacidad de más de medio centenar de ‘magos tecnológicos’, fue organizado por el colectivo HackLab Almería, junto a Cajamar e IBM como principales patrocinadores además de la participación de empresas como Aura Tecnología, Raspberry Pi, LittleBits, BooleanBite y Bobomb3D, y la colaboración de la Escuela de Artes de Almería, UNIA, la Universidad de Almería, Guadatech e Indalo3D.
Veredicto final
Una vez cumplido el tiempo de trabajo, mientras los participantes se tomaban un descanso para reponer fuerzas, fue el momento de evaluar los trabajos de todos por el jurado. Un tribunal compuesto por Manuel Torres, Vicente González y José Antonio Martín, de la Universidad de Almería; Javier Bentabol, Elisa Martín Garijo y Dan O’Riordan, de IBM; Isabel Pérez, de Realtrack Systems; David Cueva, de Aura Tecnológica; Manuel Ruiz, de Geexia; Juan Ramón Muley, de la Escuela de Artes; y David Cid, de Cajamar.
Así, tras una dura decisión que tardó un poco en llegar, los jueces otorgaron el primer premio del Hackatón 2015 al equipo de Samuel Góngora, Iván González, José Juan Sánchez y Luis Navarro, con su proyecto destinado al seguimiento y prevención de los problemas inherentes a las enfermedades crónicas en personas dependientes.
A continuación, los ganadores de la plata en esta competición fueron los desarrolladores del proyecto ‘Enbiciate’, un equipo formado por David Rodríguez, José Antonio Sánchez, Silvestre Cañabate y Juan Giménez, cuya creación está dirigida a la mejora de la seguridad de los ciclistas, principalmente en el entorno urbano, ya que “a medida que aumenta el número de ciclistas y la construcción de carriles bici, también lo hacen los siniestros”, argumentaron.
Por su parte, el tercer puesto del podium fue para el equipo integrado por Francisco Jesús Oliva, José Luis García, Sebastián Bono y Rosana Plaza, que presentaron el proyecto ‘Riega tu cultivo’, centrado en una problemática de actualidad en una tierra eminentemente agrícola como Almería donde prima la optimización de los recursos hidrológicos.
Hasta aquí, todo perfecto, podio de honor con los ganadores del oro, la plata y el bronce, metafóricamente hablando, pero como en las Olimpiadas, el Hackatón también tuvo el honor de conceder “dos diplomas olímpicos” cortesía de IBM.
El primero de ellos consistió en un premio especial, un dron, al equipo que mejor utilizó la plataforma Bluemix, desarrollada IBM y destinada al desarrollo del Internet de las Cosas (IoT) y la computación en la nube. Este “diploma” fue entregado al equipo Coderty, formado por Carlos Carmona, Rafael Prats, Oscar Bautista y Álvaro Quirón, que desarrolló un sistema de acceso digital basado en autentificación digital.
Por último, pero no por ello menos importante, la empresa informática otorgó otro reconocimiento al equipo formado por Miguel Ángel López, Cristina Ortega, Daniel Cascales y Rafael Aybar al desarrollar un proyecto destinado al control del uso del agua en casa por parte de los niños, y sus padres.
En definitiva, para los amantes de la informática que adoran “trastear con la tecnología”, este maratón fue como un campamento de verano con amigos, con cierto punto de competitividad, pero con un saco cargado de regalos (para los ganadores) como si de Papa Noel se tratase. De este modo, con jornadas sobre tecnología, maratones de hacking y convivencias de este tipo, hackatones como este celebrado en Almería hacen posible que un grupo de personas aborden retos sociales mediante el uso que la tecnología permite.