Miembros del grupo de investigación de Microondas de la Universidad de Sevilla participan junto a la Agencia Espacial Europea (ESA) en el diseño de una antena Reflectarray para radiodifusión en castellano en América del Sur.
Este proyecto de la Agencia Espacial Europea trata de dar cobertura a espacios complejos sin perder ancho de banda adaptando la señal al perfil de los continentes: “Lo importante es ahorrar en peso en el espacio y las antenas que nosotros diseñamos son más ligeras y menos voluminosas que las convencionales parabólicas, además incorporan un sistema de multicapa y parches que redirigen la señal en la dirección que nos interesa consiguiendo así abarcar por completo el espacio geográfico que queramos”, explica el catedrático del Departamento de Electrónica y Electromagnetismo de la US Rafael Rodríguez Boix.
En las instalaciones de la Universidad de Sevilla, estos investigadores llevan a cabo el diseño y medida de este tipo de antenas además de la fabricación de filtros de microondas en tecnología plana. “Nosotros no podemos fabricar aquí una antena Reflectarray de las dimensiones requeridas para aplicaciones aeroespaciales pero sí somos capaces de desarrollar el software de análisis electromagnético de estructuras periódicas que permite que el diseño de estas antenas sea más rápido, pasando de varios meses a unos pocos días”, destaca Rodríguez Boix, quien añade que ahora mismo son capaces de realizar análisis 500 veces más rápido que con el software comercial y que esperan alcanzar incluso una velocidad de 10.000 veces más.
La Facultad de Física de la Universidad de Sevilla cuenta con una cámara anecoica, un sistema específicamente diseñado para medir antenas que trabajan a frecuencias comprendidas entre 2 Gigaherzios y 26 Gigaherzios sin interferencias debidas a reflexiones en las paredes de la cámara. Concretamente, esta cámara anecoica tiene implementado un sistema automático de adquisición de datos para la medida de las antenas Reflectarray.
El reto en este tipo de antenas es conseguir que la cobertura se adapte al perfil de los continentes sin perder ancho de banda, así como reducir la polarización cruzada para que no haya interferencias entre dos señales distintas a una misma frecuencia. “Aunque aún se trabaja en prototipos piloto hay un gran interés entre la comunidad científica y la industria de las telecomunicaciones en ponerlas en órbita ya que abaratan costes”, afirma el profesor Rodríguez Boix.
Este proyecto está coordinado por José Antonio Encinar, catedrático de telecomunicaciones de la Universidad Politécnica de Madrid.