Los vicerrectores de Estudiantes de las universidades andaluzas celebraron el pasado viernes una sesión de trabajo en el Rectorado de la Universidad de Málaga con el objetivo de analizar el proyecto de Real Decreto por el que se regularán las reválidas, esto es, las evaluaciones finales de Bachillerato.
Presidida por el vicerrector de Estudiantes de la UMA, Francisco Murillo, la reunión abordó, entre otros temas, el borrador del citado proyecto, elaborado por la Secretaría de Estado de Educación, Formación Profesional y Universidades del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, documento que ha remitido la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE) a las instituciones académicas.
El objetivo era averiguar la manera en que va a afectar el desarrollo curricular del Bachillerato LOMCE a la prueba de acceso a la universidad, dado que en la evaluación final prevista para los alumnos de segundo Bachillerato participarán profesores universitarios.
En este escenario, se plantean dudas relacionadas con el futuro de los alumnos que no hayan aprobado el Bachillerato, los criterios para los que cursan Educación para Adultos o la forma en que puede acceder a la universidad una persona con el título de Bachillerato pero sin la evaluación final. Cuestiones como éstas se plantearán por escrito tanto a la Junta de Andalucía como al Ministerio de Educación.
En la Asamblea General Extraordinaria de la CRUE, celebrada el pasado jueves 19 de mayo en Córdoba, los rectores españoles emitieron un informe favorable al borrador de Real Derecho planteado por el Ministerio, eso sí, «condicionado a lo que decidan las Comunidades Autónomas en esta materia”.
¿Cuándo se realizaría la primera reválida de Bachillerato?
En concreto, se prevé que la primera evaluación final de Bachillerato tenga lugar en 2017, si bien, no será necesario aprobar esta prueba para obtener el título, sino que solamente se tendrían en cuenta para el acceso a la universidad. Con esto, la Selectividad desaparecería, aunque se mantendría para los que quieran cursar una carrera universitaria antes del curso 2017-2018. Asimismo, aquellos estudiantes que no hubieran superado ninguna prueba de acceso a la universidad y tuvieran el título de Bachillerato antes de la implantación de la reválida, podrán entrar directamente a las enseñanzas de grado, eso sí, superando los procesos de admisión fijados por las universidades.
La LOMCE establece en su artículo 38 que el acceso a los estudios universitarios se llevará a cabo mediante la calificación obtenida en el Bachillerato, junto al procedimiento de admisión que cada universidad elija. Así, se abre la posibilidad de que cada una de las instituciones académicas, individualmente, determinen su propio sistema de acceso, pudiendo establecer un procedimiento diferente cada una de ellas. Para establecer la prueba específica de cada universidad, el Ministerio señala en la ley los criterios de valoración que se deben tener en cuenta, especificando que se debe respetar la modalidad y materias cursadas en Bachillerato en relación a la titulación elegida, y añadiendo que la universidad que así lo considere podría establecer evaluaciones específicas sobre conocimientos concretos para acceder a sus estudios.
En el caso de Andalucía, al haberse acordado entre la Junta de Andalucía y las universidades, el establecimiento de la prueba de acceso a través del Distrito Único, esta Comunidad Autónoma dispondrá de un sistema de prueba de Bachillerato, más una más, que servirá de acceso a todas las universidades andaluzas. De este modo, siguiendo la LOMCE, un estudiante de Andalucía que quiera cursar sus estudios en una universidad de la región tendría que realizar la prueba final de Bachillerato, común a toda España, junto a la posterior prueba conjunta del Distrito Único.
En la Conferencia Sectorial de Educación, celebrada el pasado 13 de mayo, se aprobó el proyecto de Real Decreto por el que se regulan las evaluaciones finales de Educación Secundaria Obligatoria y de Bachillerato, resultado del acuerdo entre el Ministerio y la CRUE. El modelo aprobado señala que será el Ministerio quien diseñe las pruebas, el contenido, la estructura y las características de los exámenes, tanto para la ESO como para Bachillerato, por orden Ministerial.
Por su parte, a las comunidades autónomas les correspondería la realización de las pruebas, esto es, la redacción de las preguntas, la fijación de la fecha dentro de la horquilla, aplicación, corrección y resolución de las reclamaciones. El objetivo de esa disposición es la búsqueda de la seguridad jurídica y la igualdad de oportunidades en todo el territorio nacional, tanto para la obtención del título de Bachillerato como para el acceso a la universidad.