A día de hoy nadie duda de la importancia y la ineludible necesidad de las relaciones internacionales en las instituciones que quieren alcanzar la excelencia. La internacionalización ha sido crucial y ha impregnado los planes estratégicos de las universidades más importantes del mundo planteándose como un factor clave, por lo que todas las instituciones de educación superior establecen líneas de acciones específicas, a las que dedican grandes esfuerzos y recursos para su mejor consecución.
Las universidades han entendido la importancia de trabajar en un entorno global e interconectado y su mayor reto, además de generar y transferir conocimiento, es preparar a las futuras generaciones para éste, ofreciéndoles la mejor formación a su alcance, con los más altos estándares de calidad, de forma que respondan a las necesidades del mercado laboral internacional que requiere profesionales cada vez más cualificados. La internacionalización proporciona esas oportunidades de mejorar la calidad del aprendizaje, la docencia y la investigación y por ello las políticas europeas y nacionales, indiscutiblemente, van también en esa dirección.
La Universidad de Málaga acoge decididamente este proceso de internacionalización y en su Plan Estratégico se plantea de forma transversal afectando a todas sus áreas y, además, le dedica de forma directa una de ellas:
El compromiso de la Universidad con la Internacionalización y la responsabilidad social, con sus correspondientes objetivos y líneas de actuación concretas :
Reforzar las acciones de movilidad internacional es el eje principal de estas estrategias ya que quedan ampliamente reconocidos y demostrados los múltiples beneficios para los estudiantes que participan en ellas. Entre estos beneficios podríamos destacar el prepararlos para enfrentarse a un mundo cada vez más global en el que tendrán que desarrollarse laboralmente, aumentar sus perspectivas profesionales, de empleabilidad y de acceso a mejores puestos, generar mejores opciones de emprendimiento para formar sus propias empresas, conocer otros sistemas universitarios, expandir sus redes de contactos internacionales que mejoren sus perspectivas profesionales, etc. Además, en el terreno personal, les brinda la oportunidad de abrir sus mentes a nuevos entornos multiculturales, con la ventaja que esto supone en cuanto a adquirir competencias lingüísticas, potenciar sus habilidades personales, tales como la tolerancia, la capacidad de resolución de nuevos retos, aumento de la autoestima, la concienciación de ser ciudadanos socialmente responsables.
Pero tal y como expresa en su programa nuestro Rector, se hace necesario pasar de las estrategias de primera generación basadas exclusivamente en la movilidad, a las de segunda, que incorporen la dimensión internacional en todas las acciones y políticas que se desarrollen en la Universidad. Para ello, nuestra universidad se enfrenta a dos desafíos en los que estamos trabajando, por un lado, satisfacer la demanda de personal cualificado, emprendedor e innovador que desarrolle su trabajo en un entorno global y, por otro, estar presente en más programas, proyectos y redes de cooperación internacional en formación, investigación e innovación.
Por Susana Cabrera Yeto
Vicerrectora de Internacionalización de la Universidad de Málaga