El pasado mes de octubre de 2019, el catedrático del Área de Fundamentos de Análisis Económico de la UPO, José Ignacio García, tomaba posesión del cargo de rector de la Universidad Internacional de Andalucía. Tras cinco meses al frente de la institución académica, ha atendido a Aula Magna para señalar los avances y retos a los que se enfrenta la institución.
Con un equipo compuesto por nueve miembros, la UNIA marca como sus objetivos reforzar sus programas interuniversitarios, así como mejorar el posicionamiento internacional de sus estudios, coordinando además la presencia del resto sistema público andaluz en ferias de postgrado en todo el mundo. Son ya 25 años de trayectoria los que avalan el trabajo de esta universidad, referente en formación de postgrado y en enseñanza virtual en toda Andalucía.
Tras 25 años de historia ¿Cuál señalaría que son los principales problemas a los que se ha enfrentado la UNIA en estos años?
Todos nuestros programas son interuniversitarios. Esto requiere un esfuerzo muy importante de coordinación, entre instituciones y con el profesorado participante. Para que entiendan que debe cumplir determinadas tareas vinculadas con la Dirección de Evaluación y Acreditación (DEVA) y la organización de los programas. Nuestra gestión de la garantía de calidad es también distinta y más completa. Atendemos nuestra propia normativa y también a la del resto de instituciones socias. No puedo calificar estos como problemas, pero son aspectos que concentran buena parte de nuestro esfuerzo. Con la voluntad de dar una respuesta de manera adecuada.
¿Qué retos se plantea la UNIA en los próximos años?
Los retos son dos, principalmente. Por un lado, tenemos el desafío de la digitalización. Queremos que esta universidad sea mucho más digital, que ofrezca mejores programas de postgrado a más gente y que no tenga que estar localizada específicamente aquí, en Andalucía. El objetivo es que nuestros estudiantes puedan estar en cualquier sitio. Tal y como decía en mi discurso de celebración por el 25 aniversario, queremos ‘abrir una venta a la Universidad en cada casa’. Que el alumno pueda estar en su salón y estar conectado con su profesor y su tutor. Se trata de un reto que no es solo para la UNIA, sino para todas las universidades públicas.
Cumplirlo no es fácil. Habrá que estar conectado en distintos momentos del día y atender a estudiantes que, por ejemplo, entra de noche por pertenecer a otra franja horaria. Requerirá, además, formar al profesorado para desarrollar este tipo de enseñanza, introducir métodos de innovación docente…
Por otro lado, tenemos el reto de la internacionalización. Esta universidad es internacional y, aunque ya tenemos un porcentaje importante de alumnado extranjero, del 35%, yo aspiro a más. Al menos que la mitad sea de fuera. Se suma, además, el objetivo de ayudar a las universidades hermanas del sistema público andaluz a crecer en internacionalización. Por eso nuestras becas, de acuerdo con el resto de rectores, buscan atraer alumnos a nuestros programas y al resto de programas de postgrado andaluces.
En cuanto a la digitalización, el ministro de Universidades ha señalado como reto la enseñanza virtual en todo el territorio. Con la experiencia de la UNIA ¿qué indicaciones le puede dar al ministerio sobre cómo cubrir este tipo de enseñanza?
La UNIA lleva haciendo esto los últimos 25 años. Ya está en zonas más rurales como Úbeda o Baeza, y queremos intensificar nuestros programas, tanto los oficiales como los títulos propios. Formamos en agroindustria, desarrollo rural, derecho, medicina… y lo hacemos en todo el territorio. En Baeza estamos especializados en estos campos y atendemos a toda Andalucía Oriental. Málaga está especializada en digitalización y queremos intensificar el apoyo al sector servicios de la provincia, así como al área industrial, que es muy potente en el PTA. En La Rábida apostamos por iniciativas dirigidas a las medianas y pequeñas empresas, con programas como UNIA Executive. El objetivo es apoyar a todo el territorio.