A las puertas de la inauguración oficial del curso académico de la Universidad de Málaga (UMA), los alumnos que comiencen sus clases en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería (ETSI) de Telecomunicaciones se seguirán encontrando la cafetería cerrada ya que continúa sin haber una empresa concesionaria del servicio.
La anterior gestora de la cafetería, la multinacional Global Food Management, llevaba operando desde abril de 2014, pero este pasado mes de marzo debido a las quejas de los trabajadores la vinculación con la UMA se rompió. El delegado de Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) para empresa privada en Málaga, Miguel Ruiz, quien ha cubierto a nivel sindical a los empleados, ha explicado que “se rescindió el contrato porque no cumplía con la legislación vigente y tiene dos demandas interpuestas“.
En este sentido, “no tenían ningún tipo de formación con respecto a la prevención de riesgos laborales y no realizaban labores de higiene en la estructura del edificio como fumigación, por ejemplo. A esto hay que añadirle a una plantilla con personas sin contrato y sin abonar sus nóminas“, ha informado Miguel Ruiz.
Tras la reunión de este jueves, desde la UMA han afirmado que van a decidir la opción administrativa más rápida para solucionar el problema puesto que la empresa ganadora en el anterior concurso, Antonio Pascual Moreno, que gestiona la cafetería de la Facultad de Psicología de la UMA, rechazó la resolución debido al problema del impago de los empleados. :
A este respecto, Ángela Martina Padrón, presidenta del Consejo de Estudiantes en la ETSI de Informática, ha expuesto que “aunque van a volver a sacarla a concurso, esto implica unos cuantos meses más, y para nosotros es un problema porque estamos alejados de todo y no hay forma de irte a desayunar sin que tardes más de lo necesario”. Además, “para comer es mucho más complicado, y ahora va a llegar todo el mundo y no vamos a tener suficiente con las máquinas expendedoras o los microondas“, ha expuesto la alumna de Ingeniería de Software.
Asimismo, “el año pasado tuvimos cafetería hasta que terminó el curso aunque en marzo empezara el problema más grave porque la empresa no pagaba a los trabajadores. Se le empezó a presionar para que abonaran las nóminas, pero al darle más tiempo todo fue peor debido a que la deuda aumentó“, ha descrito Ángela Padrón que ha hecho hincapié en que “al término del curso los trabajadores seguían con nóminas sin abonar, y debido a esa deuda la nueva empresa ha rechazado la adjudicación porque si hubiera denuncias se vería envuelta”.