Cuando un andaluz hace una crítica esta resuena en toda España. Así lo hizo el malagueño Dani Rovira en la pasada gala de los Goya, cuando ante los principales representantes de la escena cultural española se dirigió al Gobierno con su ya mítica frase “Si no bajan el IVA de un yate, a mí me da igual porque no tengo yate. Lo mismo le pasa a Montoro con la cultura”.
Y es que la subida del IVA a la Cultura al 21% es un ataque a toda la ciudadanía que afecta de lleno a la Educación. La Educación, con mayúsculas, no solo se desarrolla en las aulas, se desenvuelve en cada aspecto social donde un ciudadano desarrolla su día a día. El cine, la literatura, la música y todas las artes forman parte de la Educación del país y dificultando su acceso por la ciudadanía solo se consigue que esta se estanque.
Desde las universidades públicas, la formación invertida en sus artistas se ve paralizada por este incremento en los impuestos, impidiendo que los jóvenes creadores puedan exponer sus obras y comenzar sus carreras en el ámbito cultural.
Han sido muchos los cambios legislativos que durante estos cuatro años se han desarrollado en España. Centrándonos en el área que nos preocupa llegamos a la conclusión de que las leyes que afectan al ámbito educativo y cultural dividen a España en dos grandes bloques, los cuales pugnan por salir en la próxima formación de Gobierno. Ante este futuro resuena el compromiso de los principales partidos políticos de derogar las leyes ejecutadas, pudiendo tener los días contados la actual LOMCE. Si esta norma se deroga los responsables universitarios verían más allanado su camino, pues estos han mantenido reuinoes de forma periódica para reforzar su postura contraria a las aplicaciones de la ley.
Así, el 3+2 o el sistema de financiación universitaria son los grandes caballos de batalla de las universidades, tanto andaluzas como del resto de España, y es que todo el panorama educativo está revuelto.
Los rectores andaluces resolvieron reunirse, casi en secreto, en Baeza para tramitar sus posturas políticas de forma unitaria. Y es que nada une más que un enemigo común. De esta reunión, y de las que probablemente vengan después, se trabajó el posicionamiento de las instituciones académicas ante la legislación educativa, en concreto el 3+2, un intento de amoldarse a las estructuras europeas que vuelve a situar a España a la cola de la formación superior. Si Bolonia supuso un enfrentamiento de la comunidad universitaria con el Gobierno, la nueva normativa continúa la confrontación.
La financiación también es eje de unión para las universidades, esta vez contra la Junta de Andalucía. Saber de cuánto se dispone y cuánto se adeuda une a las instituciones, y las separa cuando se conocen los datos de reparto. ¿Cuándo mamá Junta reparte la paga entre sus universidades es igual de ecuánime? Parece que a las mayores les corresponde más, lo que en principio pudiera tener sentido si esto no dejara a las pequeñas más hundidas en su precaria situación.
El revuelo educativo se hace sentir en todos los ámbitos de la sociedad. La cultura ya ha pegado gritos unos años, falta que las instituciones educativas hagan lo mismo, llamando a su ministro y responsables autonómicos ante las televisiones para señalarlos directamente.
Con Wert se dejó claro que el interés por la Educación española no iba con él… pues aunque seguramente dispusiera de un yate del resto de preocupaciones no disponía. Esperamos que Méndez, el tiempo que le quede, sí trabaje por una cultura y una educación mejor para su país.
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