En diciembre de 2017 los jefes de Estado reunidos en el Consejo Europeo acordaron “reforzar en toda la Unión Europea las asociaciones estratégicas entre instituciones de enseñanza superior y promover la constitución, de aquí a 2024, de una veintena de «Universidades Europeas». Hemos llegado a 2024 habiendo superado las expectativas, ya que a final de año se habrán constituido 60 alianzas con más de 500 instituciones involucradas.
Tres ejes orientan esta iniciativa: a) crear una estrategia conjunta y a largo plazo para la educación superior vinculada con la investigación, la innovación y la sociedad, b) alcanzar un “campus” interuniversitario europeo de Educación Superior, y c) la consolidación de equipos europeos que aborden los desafíos del futuro desde la multidisciplinariedad. Así, las Universidades Europeas supone un salto cualitativo respecto a programas anteriores como ERASMUS+ y Horizonte Europa – sumamente exitosos- con un campo de actuación sectorial. La iniciativa Universidades Europeas, sin embargo, es una oportunidad para la internacionalización transversal de las universidades y la creación de un verdadero Espacio Europeo de Enseñanza Superior integral. La implementación de las alianzas reproduce los procesos de integración de la Unión Europea y por lo tanto afectarán a la gobernanza de las universidades, a todos sus colectivos (PDI, PTGAS y Estudiantado), a los programas docentes y a las estrategias de
investigación e innovación.
Las universidades españolas han apostado fuertemente por este programa, siendo España uno de los países de la Unión con más instituciones de enseñanza superior involucradas en la iniciativa Universidades Europeas. La Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU) incluye una mención especial en su Preámbulo, pero además dedica su artículo 25 a las alianzas internacionales, y el Real Decreto 822/2021, en su disposición adicional séptima, establece un estatus especial a las titulaciones conjuntas de grado, máster y doctorado en el contexto de la Universidades Europeas.
No obstante, tenemos por delante varios retos para consolidar las alianzas de Universidades Europeas, entre otros su estatus legal, la financiación, o el european degree label. Pero me centraré en dos, que me parecen esenciales para su proyección futura.
El primero se relaciona con la difusión a la sociedad de esta iniciativa y conseguir un grado de conocimiento y aceptación semejante, por ejemplo, al del programa ERASMUS. Desde las instituciones de enseñanza superior hemos de hacer llegar a la sociedad la importancia de que nuestro sistema universitario alcance un nivel de integración similar al de otros proyectos como el espacio Schengen o el Euro. Durante el próximo periodo (2024-2009) se debería avanzar en esta dirección, para conseguir esa internacionalización transversal de los sistemas universitarios.
El segundo de los retos tiene que ver con dos objetivos de esta iniciativa: mejorar la competitividad internacional de las instituciones de educación superior y promover los valores europeos. Las alianzas de Universidades Europeas han de beneficiarse y trabajar dentro de la estrategia Global Gateway, la herramienta de la UE para impulsar la cooperación. Tanto para las universidades españolas como para las alianzas en las que participan, Global Gateway puede ser un paraguas fundamental para implementar el Espacio Iberoamericano de Educación Superior y del Conocimiento.
María Luisa Humanes
Vicerrectora de Relaciones Internacionales
Universidad Rey Juan Carlos
Alianza de universidades EULiST
Compartir