La Universidad presta un manifiesto servicio público a la sociedad, entre otras funciones, a través de la oferta de planes formativos que se materializan en la oferta de títulos de Grado y Posgrado. En este contexto algunas universidades optan por definirse con un marcado carácter generalista, como es el caso de la Universidad de Sevilla que posee el catálogo de titulaciones más amplio de Andalucía, o con un perfil más orientado a alguna de las ramas del conocimiento.
En reciente acuerdo del Consejo de Universidades se ha conseguido finalmente que, tras la incertidumbre creada por el popularmente conocido decreto del 3+2, los estudiantes y la comunidad universitaria puedan conocer la carga lectiva de un importante número de títulos de Grado que permanecen inalterables sea cual fuere la universidad donde los cursen. Con esta plataforma y delegando la decisión de los precios en las Comunidades Autónomas entre una horquilla de precios públicos decretada por el Ministerio, donde Andalucía tiene los precios de posgrado más bajos de todas las universidades españolas, el Posgrado adquiere un marcado valor para singularizar el currículum formativo.
En la oferta de Posgrado, el Máster se presenta como la mejor vía para la especialización, donde tanto el estudiante egresado de Grado, como el profesional ya en ejercicio, pueden alcanzar un mejor nivel de cualificación. La sociedad en general y las empresas en particular reconocen el valor formativo del posgrado. Los Másteres en su diseño pueden estar orientados a una especialización determinada, vinculada o no directamente a los estudios de Grado cursados, lo que sin duda es un valor añadido para encontrar trabajo; a la investigación, si existe una preferencia clara para continuar con estudios de doctorado (a los que se accede, por otro lado, cumpliendo los requisitos tras cualquier Máster); y al ejercicio de terminadas profesiones, los llamados Másteres profesionalizantes o habilitantes, obligatorios para el ejercicio de determinadas profesiones.
Por último, el Máster, en su plan formativo, permite en uno o dos años de duración conocer a profesionales y, a través del desarrollo de unas prácticas especializadas, entrar en contacto con los problemas reales del ámbito laboral, ofreciendo al que busca su primer empleo la oportunidad tanto de mejorar su empleabilidad como de facilitarle la toma de decisiones de cara a su entrada en el mundo laboral.
por Cristina Yánes Cabrera
Vicerrectora de Ordenación Académica de la Universidad de Sevilla
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