En el despacho 0.15 del Centro de Atención al Estudiante (CAE) del campus de La Cañada se encuentra el Consejo de Estudiantes de la Universidad de Almería (CEUAL). Un espacio donde cada día, un modesto número de estudiantes abre las puertas de esta oficina para asesorar y ayudar a los alumnos que precisen consejo o apoyo en su día a día; ya sea para temas relativos a la Universidad o externos a ella.
Esto se debe a que, como afirman algunos de sus miembros, “el Consejo trata de llegar hasta donde no nos llaman, y si nos paran pues ya lo vemos”; y es que, añaden, “tratamos de llegar a lo máximo posible, y donde nos permiten también nuestras fuerzas”. Un empeño en el que entrarían acciones como la de intentar, a veces, corregir la labor del profesorado en cuanto a derechos de los estudiantes o de exámenes, realizar propuestas de mejora fuera de la universidad -como el tema del transporte público-, u organizar eventos lúdicos, festivos, culturales o sociales.
Pilar de apoyo
Al inicio de cada curso, miembros del CEUAL visitan las clases, sobre todo las de primeros cursos, para informar de los derechos de los estudiantes y los derechos que éstos tienen en sus examenes. Labor que compaginan con la atención ofrecida en su despacho donde, al año, acuden medio centenar de alumnos solicitando ayuda en temas que, en ocasiones, serían propios del Defensor Universitario; aunque igualmente ayudan a buscar una solución.
Números que no reflejan la realidad universitaria pues “pasan muchas más cosas, pero hay gente que a veces no se atreve a poner quejas por miedo a represalias”, señalan. Reclamaciones que no siempre son académicas, pues también las hay en materia de horarios de algunas instalaciones o la saturación de los servicios administrativos en época de matriculaciones.
“La solución siempre se puede encontrar, pero en muchas ocasiones es cuestión de voluntad”.
Esta es una de las premisas que difunden algunos de los integrantes del CEUAL al señalar que, en cierto sentido, habría que concienciar a los alumnos para que dejasen de hacer quejas al aire. Por lo general, las redes sociales sirven como medio de presión una vez que se pone una queja formal. Una sin la otra no tiene sentido; ni una queja formal sola, que queda en silencio; ni quejarse por las redes sin una base institucional.
“Muchas veces los alumnos no saben cómo quejarse o dónde hacerlo”, por ello el CEUAL a veces sirve para indicar dónde deberían ir a poner las reclamaciones; pues éstos tienden a irse a las instancias más altas para quejas muy pequeñas. Indicaciones que, en la mayoría de los casos, pasan siempre por hablar en un principio con el profesor para resolver el incidente.
Concienciación estudiantil
A pesar de lo que pudiera parecer, el CEUAL no sólo apoya los derechos de los alumnos. También les enseña sus obligaciones ya que a veces acude gente que no son consecuentes con sus actos o con las guías docentes.
“No todo son apoyar quejas, también se ayuda a buscar soluciones. La labor del CEUAL no es ir contra los profesores”.
Por este motivo, entre sus funciones está la de presentar a los estudiantes que ‘armas’ tienen para afrontar las dificultades, y si no son capaces de dar con la tecla para resolverlas, siempre pueden acudir al CEUAL; como en casos de tutorías donde pueden acompañar a los alumnos para tratar algunos temas con los profesores. Muchas veces los alumnos no reciben esa información y
“quizá haya que formar a los delegados para que sean canalizadores de estas situaciones”.
En este sentido, tanto el Consejo de Estudiantes como algunas de sus funciones, suelen ser desconocidos para la mayoría de universitarios. Por ello animan a todo aquel que quiera colaborar con el CEUAL a que visite su despacho. “Esto es como una familia”, afirman, y
“si pudiesemos pondríamos máquina de café y un sofá para que más alumnos viniesen a relacionarse aquí, no sólo a solucionar problemas”.
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