El V Ciclo de Experiencias contra la Marginación Social bajo el título ‘Despatologicación de la transexualidad, feminismo, etnia y resiliencia’ ha comenzado este jueves en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Málaga con la mesa sobre feminismo y etnia donde Iliassou Olalla y Ana Cortés han hablado sin cortapisas sobre su realidad y la incompresión de la sociedad hacia su identificación cultural.
«Soy negra, me gusta ser negra y soy bastante mujer como para que me llamen negrita o de color», esta ha sido una de las afirmaciones que ha compartido Iliaasou Olalla en su intervención sobre el feminismo negro. «El feminismo occidental no trata a todas por igual y no se adapta a los distintos contextos étnicos por lo que las mujeres que no somos blancas no nos sentimos representadas en el discurso», ha explicado la ponente, quien ha resaltado que «el feminismo blanco cae en el maternalismo hacia el resto de las etnias».
«Soy negra, me gusta ser negra y soy bastante mujer como para que me llamen negrita o de color»
Según Iliassou Olalla, «la imagen de las mujeres negras que viven en España sigue siendo muy sesgada y yo soy española y mi familia es blanca; pero aún así se nos considera a la mayoría prostitutas». Por ejemplo, «en África hay siete jefas de estado porque existe el matriarcado y solo se conoce de la mujer africana el tema de la mutilación genital», ha insistido la representante del feminismo negro que, en su opinión, «a las negras se nos quiere imponer el canon de belleza occidental y se considera que nuestros rasgos están masculinizados».
Por su parte, Ana Cortés ha explicado que «el feminismo gitano lleva 20 años de retraso con respecto al blanco burgués, con el que no nos sentimos reflejadas, tenemos más afinidad hacia el feminismo negro. Y poco a poco vamos introduciéndonos en la educación, nos emancipamos y empoderamos». «Desde el femenismo gitano intentamos que los hombres comprendan que este cambio es bueno e importante e intentamos que nos acompañen porque queremos hacer esta evolución de la mano y sin cambiar nuestra cultura porque estamos orgullosas de ser gitanas», ha apostillado.
En este sentido, la representante de la Asociación Gitanas Feministas por la Diversidad ha expuesto que «nos dan más palos cuando intentamos integrarnos en la sociedad que en nuestra propia cultura porque los estigmas nos los ha puesto la sociedad». «El hecho de rebelarte y querer es feminismo y queremos trabajar desde la igualdad y bajo nuestra propia identidad cultural; y no se puede permitir que el feminismo sea discriminatorio, por lo que debería ser inclusivo y para todos, transgresor y plural», ha dicho.
Ha habido un intenso debate, centrado en gran medida en la incomprensión de algunas de las asistentes a la aceptación del rito del pañuelo: para comprobar la virginidad de la novia en la cultura gitana. «Si se rompe este rito se perdería parte de la cultura y la identificación», ha explicado Ana Cortés que ha hecho hincapié en que «una persona es libre para aceptarlo o no; pero lo más importante en la cultura gitana es la honra a la familia». Y han cerrado la mesa narrando el poema de Shirley Campbell, ‘Rotundamente Negra’, que hace un canto al orgullo de ser mujer negra.
La jornada ha continuado con la mesa sobre Despatologiación de la transexualidad y un taller de acoso callejero: ¡Defíendete! El próximo jueves 17 de noviembre continuará el ciclo, en esta ocasión en el hall de la Facultad de Educación de la UMA, donde habrá una interpretación del muro de expresión libre que lleva ubicado unos días en el propio hall para tratar el tema de los vientres de alquiler, que será introducido por María Fernanda Rizzo, presidenta de la Asociación Feminista Espacio Soridad. Tras esta actividad será el concierto de Viruta TFM en el Salón de Actos de Educación y un debate político sobre género con representantes institucionales invitados.