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29 abril, 2024
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Preguntas y respuestas en clave económica sobre la emergencia sanitaria del COVID-19

Economía y crisis sanitaria, preguntas y respuestas para recapacitar

El confinamiento se ha alegado dos semanas más. A la preocupación sanitaria se unen las dudas sobre el devenir de la economía. Desde la consultora multidisciplinar EFE&ENE se ha recogido una serie de preguntas y respuestas para no sólo que está pasando en relación a la emergencia sanitaria que vivimos en España y en el mundo, sino qué va a pasar.

Estas son algunas de las preguntas más repetidas y resultas por los expertos financieros de EFE&ENE

¿Es diferente esta crisis financiera a las anteriores?

Lo es. En general, las crisis tienen una causa endógena que puede ser cíclica (enfriamiento, recesión) o más súbita (pinchazo de una burbuja). No es el caso. Esta crisis tiene una causa exógena, como una guerra mundial. Empezó paralizando las cadenas de suministro que se iniciaban o pasaban por China y después se ha extendido sin fronteras, en tiempo récord y a todos los sectores. Se trata de una interrupción de la actividad global, que pone a prueba toda la cadena de pagos y la solvencia del sector privado como si de una guerra se tratara.

¿Qué nos diferencia de una situación de guerra?

Dos factores: La seguridad jurídica y la liquidez. La seguridad jurídica permite el funcionamiento institucional y empresarial con garantías, y facilitará la recuperación. La liquidez garantizada, en economía, es fruto de habernos inmunizado de otra “enfermedad”: el sistema financiero aprendió la importancia de mantener la liquidez a toda costa tras la crisis financiera, y se nota.

¿Por qué otras pandemias no provocaron esta debacle?

El SARS no llegó a pandemia, pero está emparentado con el coronavirus. Aunque tenía una mortalidad muy alta (9,6%), la tasa de contagio fue baja: sólo 8000 personas en todo el mundo se infectaron. El H1N1 (la gripe porcina estacional) contagió a 700 millones de personas. Conviene pararse un momento y tomar conciencia de la cifra. Por suerte, sólo tiene una mortalidad del 0,02%. Hoy convivimos con ella. El SARS-cov-2 (coronavirus), tiene lo peor de ambos mundos: Una capacidad e contagio alta y una mortalidad que aún no conocemos con exactitud, pero que podría rondar el 7% (el 75% con otras patologías o por encima de los 70 años).

¿Qué significa que progrese exponencialmente?

Significa que cada nuevo enfermo es un nuevo foco: los infectados se multiplican. Muchos jóvenes ya no olvidarán que un efecto viral no viene de los videos de Internet. Aunque nuestra mente no piense exponencialmente sino linealmente, hemos de hacer el cálculo y aceptar que en poco tiempo estaremos en los 200.000-300.000 infectados, si las medidas no son drásticas.

¿Por qué las cifras no son fiables?

No se testea a todo el mundo. Ni siquiera a los que presentan síntomas leves. Tampoco se hacen autopsias a los fallecidos con todos los síntomas de coronavirus según el país. Por otro lado, con los investigadores a contrarreloj ya se ha establecido que los contagiados asintomáticos son responsables de dos tercios del total de los contagios. Este vuelo bajo radar, la incapacidad de testear masivamente y la escasa voluntad de los gobiernos de dar datos de descontrol hace que se estime el número de infectados reales entre 10x y 20x, cifras oficiales.

¿Por qué esta reacción tan excepcional de los gobiernos?

Una pandemia contagiosa y letal siempre pone en jaque a toda la economía mundial: ningún sistema sanitario puede asumir a un 2% de la población y ninguna sociedad soportar el caos que eso representaría.

¿Se podía haber actuado antes?

Sí. China adoptó medidas drásticas en enero, confinando ya a 25 millones de personas. La OMS desaconsejó aglomeraciones en febrero. La información empezó a fluir, y tenemos experiencia en pandemias (aunque nunca con la combinación de letalidad y capacidad de contagio). En una progresión exponencial, actuar una semana antes significa reducir la progresión a la mitad, y para esto hay que confiar en los números y no en las sensaciones.

¿Son correctas las medidas actuales?

Sin duda. El confinamiento total es imposible, el parcial es suficiente para no colapsar el sistema sanitario (que es el único objetivo). En este tiempo habrá muertos, recuperados e inmunizados, la mayor parte de ellos fuera de las estadísticas. Podemos asumir que la mayoría vamos a contagiarnos: lo deseable es que se tarde lo más posible, idealmente cuando ya se tenga una vacuna fiable.

¿Qué han hecho Corea del Sur o Singapur (lejos de ser dictaduras) para contener con éxito el virus?

En primer lugar, atender a los datos exponenciales en lugar de a las sensaciones o a los cálculos electorales. En segundo lugar, ser tajantes y transparentes lo antes posible. Si los datos anteriores son correctos, cada día de contención aplana la curva de contagio y evita la progresión. Si no son correctos, aun así las medidas se pueden levantar pronto.

En tercer lugar, usar la tecnología en lugar de la fuerza bruta. Tras testar masivamente con unidades móviles en parkings y descampados, el posicionamiento mediante los móviles permite saber si la persona afectada cumple la cuarentena, quienes son sus relaciones y cuáles son los focos. Conviene mencionar que la sanidad de Corea del Sur es 100% privada, y que la de Singapur lo es también en su mayoría: es un problema de agilidad e inteligencia, no de ideología.

¿Por qué se llama a la calma?

Las emociones descontroladas sólo traen el caos, tanto a nivel individual como familiar y social. Por eso se hacen simulacros de incendio: para que sean la estrategias probadas las que tomen el control de las situaciones, y no las respuestas primitivas de las emociones. Como dirigentes, es esencial evitar el pánico inicial. Huelga decir que sin tardar han de ponerse en marcha las medidas de que se disponga aunque la información sea limitada (que siempre lo es), y ser muy transparentes con ellas, porque el miedo se combate con información.

¿Cómo afectará a la economía?

Estamos inmersos en un catastrofismo que no compartimos en absoluto. Dudamos bastante de que nada estructural se quiebre, más bien se trata de una recesión a cámara rápida que vendrá seguida de una recuperación más rápida de lo habitual. Según la OCDE, hablamos de 2,5% menos de crecimiento para la zona Euro, lo que la llevaría a crecimiento negativo, con un rebote incompleto en 2021. Traducido al mundo real, vamos a ver un golpe muy duro a los autónomos, a las pequeñas empresas, al empleo y en consecuencia al país. Al mismo tiempo, también va a ser muy rápido en términos de tiempo en economía.

Estamos preparados como nunca para una situación así, y el ritmo de la economía se va a retomar redoblado. La razón es que la demanda tirará de la oferta: además de por estructura, por pura necesidad. Por desgracia, tendemos a proyectar escenarios positivos y negativos hasta el infinito, olvidándonos de los ciclos.

¿Por qué no cierran las bolsas?

Las caídas son demoledoras. Todos los récords se han batido. Y no se ve el final. Sin embargo, deben permanecer abiertas. La principal característica de los mercados es que permiten la liquidez de las inversiones. Nada se gana cerrando, salvo impedir vender al que lo necesita o comprar al que quiere invertir. El único enemigo que tenemos son nuestras emociones: ¿venderíamos un ático de lujo en la mejor calle de la ciudad por 100.000€? Seguramente no, salvo que lo necesitáramos. Pues eso: es momento de comprar y no de vender, es momento de ser fiel a la estrategia y a la razón.

¿Se recuperarán a corto plazo?

Es imposible de saber. Sin embargo hay algunas cosas que muy probablemente ocurrirán en la economía:

  • La bolsa se recuperará antes que la crisis sanitaria, y ésta antes que la economía.
  • La volatilidad bajará de manera sostenida.
  • Las primeras alzas serán fulgurantes, seguidas de enormes dientes de sierra.
  • No todos los valores van a recuperarse, ni siquiera en una década.
  • Los valores y sectores mejor posicionados antes serán los mejor posicionados después.

Creemos, al igual que en 2009, que ha de haber un catalizador para que la situación en los mercados cambie. En nuestra opinión es Italia, como foco europeo, y su cifra de nuevos contagios.

¿Qué sectores son los más dañados? ¿Hay oportunidades?

El castigo a los distintos sectores ha sido implacable. El sector energía en particular lo ha sufrido doble: Estaba en plena guerra de precios entre Rusia y Arabia Saudí. Las oportunidades no necesariamente coinciden con los sectores más castigados, sino con los mejor preparados para salir adelante. En la opinión de los expertos de EFE&ENE los mejores sectores pre virus lo son también ahora. Nuestra selección se basa siempre en la fortaleza de las distintas clases de activo, incluyendo todas las rentas fijas pero también materias primas, inmobiliario y divisas. En distintas pruebas de fuego ha demostrado su superioridad, y esta vez no ha sido diferente.

¿Habrá una crisis de liquidez como en 2008?

No. El sistema de la economía está mucho menos apalancado, los mecanismos que se crearon tras la crisis se están poniendo en marcha y los gobiernos están luchando por su supervivencia. No se trata de un sector aislado, sino del orden social y la supervivencia de la economía. A día de hoy, hablamos de 120.000 millones adicionales en compras de deuda (BCE), inyección de 700.000 millones y reducción de tipos al 0% (Fed), y hasta 1.000.000 millones el FMI.

¿Por qué oro y renta fija se han visto afectados?

Pese a ser refugios, también se están deshaciendo posiciones para tener liquidez y para poder pagar las garantías de las carteras. El mercado en su conjunto se está haciendo más pequeño. Aun así,  recuerda el director del Área de Finanzas del Multi Family Office valenciano, Alejandro Martínez,  los bonos no pagan, cobran, mientras que el oro paga el 0%, lo que supone otro atractivo más.

¿Se podía haber previsto?

Definitivamente, no. Ante una amenaza de este tipo (desconocida), la experiencia pasada con otros virus es de un impacto en los mercados casi nulo. Este ha sido el primero con las características de contagio y letalidad ya comentadas.

¿Cuándo terminará la crisis sanitaria? ¿Habrá segunda ola?

Nunca hay día y hora, pero sí que hay hitos importante para los mercados. Los ojos están puestos en Italia, que es el foco europeo. Cuando en Italianos nuevos casos diarios empiecen a descender, será el primer hito y los mercados empezarán a subir.

Cuando esto ocurra en España, el segundo país en importancia, tendremos el segundo hito. Cuando se levante la cuarentena en Italia, el optimismo será generalizado. Ese será el punto de mayor riesgo para una posible segunda ola, el del optimismo. Si este riesgo se contiene, estaremos dejando atrás la crisis. El último de los hitos será la vacuna, quizá ya en plena temporada de gripe estacional.

¿Volverá a ocurrir algo similar?

Que ocurrirá es seguro. La comunidad científica asume que las pandemias son nuestra principal amenaza, la única incógnita es cuándo vendrá la próxima y qué características tendrá. Por su combinación de capacidad de contagio y letalidad, el coronavirus ha hecho que el mundo despierte ante nuestra desprotección. Al igual que en 2008 frente a un impacto global en el sistema financiero, es posible se tomen medidas globales que nos protejan de lo que ya conocemos, y esto significa presupuesto de investigación. Esto sería una avance colosal.


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