El 10 de marzo Carmelo Rodríguez ganó las elecciones a rector de la Universidad de Almería con una amplia mayoría de votos sobre su rival Javier de las Nieves. De esta fecha hasta ahora han pasado más de dos meses y el rector electo aún no ha tomado posesión de su cargo oficialmente en la sede de la Junta de Andalucía y, posteriormente, en la Universidad de Almería.
Parece poco, pero el tiempo corre y durante estos dos meses un gobierno en funciones presidido por el hasta entonces rector Pedro Molina, no dispone de todas las competencias necesarias para gobernar al cien por cien la universidad. El tiempo se echa encima y el próximo curso también y a Carmelo Rodríguez no le quedará mucho tiempo para organizarlo todo.
El rector electo de la UAL debería haber tomado posesión de su cargo antes, incluso, que sus homólogos en Cádiz o Jaén, que celebraron elecciones en días posteriores al 10 de marzo. Sin embargo, Eduardo González Mazo, rector revalidado de la UCA, tomó posesión el 15 de abril de este año. Cinco días más tarde, el 20 de abril, lo hizo Juan Gómez, rector electo de la UJA. Se supone que Carmelo Rodríguez debería de haberlo hecho ya también, pero como explican desde su propio equipo, en principio, se retrasó por problemas personales del propio Carmelo y que fue entendido en la Junta de Andalucía. Después, nos encontramos con un panorama político electoral convulso en Andalucía, lo que también ha imposibilitado que se realizara hasta el momento. Ahora mismo, se cumplen más de dos meses desde que Carmelo Rodríguez fue proclamado rector. Ya está aprobado mediante Consejo de Gobierno de la Junta y publicado su nombramiento en el BOJA, únicamente falta la firma y foto de la presidenta en funciones de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, y de él mismo, en el Palacio de San Telmo.
Los rumores y las preguntas acerca de los motivos de esta tardanza no se han hecho esperar, hasta el punto de que Pedro Molina emitió un comunicado interno a toda la comunidad universitaria almeriense en el que explicaba por encima las causas de la demora en la investigura de su predecesor y a fin de cuentas defendía que el actual equipo de gobierno de la UAL no tiene nada que ver en esta cuestión y que desean tanto como el resto que el traspaso se realice cuanto antes porque está siendo un proceso “muy largo para todos”.
Y hay mucho de cierto en lo que alega Molina: está siendo demasiado largo este proceso de cambio en la Universidad de Almería en el que seguramente no se pueda concentrar ningún tipo de culpa específica a una sóla institución o persona por las causas de la demora, pero sí a todos. La gran perjudicada es, como siempre, la comunidad universitaria. El trabajo que queda por hacer y organizar es a fin de cuentas para ella y, aunque hasta el momento las decisiones que se han tomado en la UAL han contado con el favor y conocimiento del rector electo, las competencias de un gobierno en funciones no son las mismas que un gobierno electo legítimo.
Al parecer, será en estos días, probablemente tras las elecciones municipales y autonómicas cuando por fin desde ambas instituciones se consiga hacer un hueco para que Carmelo y su equipo pueda comenzar a trabajar de lleno por la comunidad universitaria de la UAL. Aún quedan algunos días o semanas para que llegue el momento en el que se produzca esa investidura y quién sabe si al final se consigue hacer el 10 de junio tres meses desde su victoria en las urnas electorales y cuatro desde que comenzó el proceso electoral para elegir al nuevo rector que gobierne durante cuatro años la UAL.
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