La nueva Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU) presenta muchos apartados que buscan la mejora de la calidad del sistema universitario español en todos los ámbitos: estabilización de plantillas y reducción de la precariedad, medidas para fomentar la calidad docente, mayor apertura e interrelación con la sociedad o el fomento de la internacionalización de nuestras universidades, entre otras.
Para todo ello es imprescindible garantizar en su desarrollo el compromiso de gasto del 1% del PIB, que se calcule con criterios objetivos y que realmente signifique un aumento importante de la financiación que realmente llega a la Universidad para formación, investigación y transferencia, sabiendo en este momento de qué punto partimos para que esté clara la senda de crecimiento.
Es positivo que la dedicación del profesorado asociado y ayudante doctor se haya reducido, pero esto conlleva un mayor coste que en el desarrollo de la ley se debe de garantizar. Por eso, es necesaria mayor claridad y garantías en la definición sobre la financiación que necesita el sistema universitario público español.
Y aun no siendo de su competencia totalmente, la gestión de la investigación es uno de los principales problemas de nuestro sistema universitario y que no se acaba de resolver.
La mejora de la empleabilidad de nuestros jóvenes no está exclusivamente en manos de las universidades ni de una ley. Aun así, la LOSU le da un papel al emprendimiento y al objetivo de la empleabilidad en las universidades, un espacio que en otras normas no estaba recogido, por tanto, debe contribuir a esa mejora. Todas las universidades estamos desarrollando estrategias de fomento del emprendimiento entre nuestro estudiantado, aumentamos las prácticas en empresas para que la empleabilidad sea mayor. Necesitamos que la universidad se acerque mucho más al sector productivo para mejorar la innovación de las empresas a través de la transferencia que podemos y debemos hacer. También es necesario una apuesta mayor de la inversión en investigación del sector productivo como consecuencia de nuestro acercamiento.
La LOSU debería haber dado más autonomía en general y, en particular, en el sistema de gobernanza para que las universidades decidieran el número de mandatos y sistemas de elección de los órganos de gobierno.
Por Manuel Torralbo.
Rector de la Universidad de Córdoba